Se inicia el proceso de acompañamiento y preparación de la salida de la comunidad religiosa tinerfeña que dejará paso al funcionamiento como una obra salesiana de gestión laical. Los religiosos salesianos continuarán presentes en los proyectos educativos y pastorales de la casa, pero sin la existencia de una comunidad religiosa en la Villa.
En la tarde del 26 de octubre se anunció la suspensión de la comunidad religiosa de La Orotava tras los encuentros celebrado entre Ángel Asurmendi, Provincial de la Inspectoría Salesiana María Auxiliadora, los salesianos, el Patronato de la Fundación San Isidro Labrador y el consejo de la Comunidad Educativo Pastoral.
Esta decisión, en línea con la reorganización de las presencias salesianas de España iniciada en 2014, es el resultado de un proceso de discernimiento dentro del Consejo Inspectorial. Se ha realizado con tiempo y calma e iluminado por las orientaciones aportadas en el último Capítulo Inspectorial, así como por las palabras del Rector Mayor. En su carta del 9 de julio de 2018, don Ángel Fernández Artime animaba “a concretar el plan para seguir definiendo, significando y redimensionando las casas y comunidades, a fin de responder a la realidad que vivimos y así poder garantizar un buen trabajo pastoral, asegurando de este modo una adecuada dimensión cuantitativa y cualitativa de las comunidades salesianas”.
A partir de ahora comienza el acompañamiento y la preparación para que en el curso 2021/22 la presencia salesiana comience funcionar como una obra salesiana de gestión laical. La salida de la comunidad religiosa será comunicada a las diferentes autoridades eclesiásticas y civiles de la localidad. “Aunque la comunidad no resida en La Orotava, la misión y el carisma salesiano seguirán vivos, encarnados en la Familia Salesiana y en una comunidad educativa que permanecen al servicio de los jóvenes. No se trata de dar el relevo a los seglares, sino de dar continuidad a nuestra misión, como ya lo estamos haciendo desde hace más de setenta años”, compartía Asurmendi durante su comunicación.
“La continuidad de la presencia de los salesianos en labores de acompañamiento y animación pastoral, así como la organización de los órganos de animación necesarios para la nueva gestión de la obra, serán algunos de los aspectos que, a lo largo de este curso 2020-2021, se concretarán mediante la reflexión de la comunidad salesiana, el acompañamiento del consejo inspectorial y los servicios inspectoriales”, añadía sobre el plan de trabajo para los próximos meses.
Los salesianos dejarán la comunidad religiosa, pero seguirán estando presentes y formando parte de una comunidad educativa que, desde hace más de setenta años, sirve a la juventud, con el estilo de Don Bosco, como fiel reflejo del deseo iniciado por don Nicandro González y el Patronato de la Fundación San Isidro.
Un proyecto firme con raíces profundas que avanza con el deseo de nuevas vocaciones que mantengan vivo el sueño de aquellos primeros salesianos, entre los que se encontraban Claudio Sánchez, Ricardo Barrueco, Agustín Pacho, Manuel Feijoo, Juan Sánchez, o Víctor Rodríguez, que realizaron una gran labor en favor de la promoción social de los villeros. Una misión que llega intacta hasta la actualidad y que se construye sobre la devoción a María Auxiliadora, que seguirá guiando los pasos de todos los que forman esta comunidad educativa y pastoral, para continúen cumpliendo los objetivos fundacionales de La Orotava: ser referentes en el entorno y transformadores de la sociedad.