La familia del cardenal Vicente Enrique Tarancón ha firmado la cesión del legado del prelado a la comunidad de los Salesianos de Burriana y así quedó reflejado en el documento de cuatro páginas en el que, además de enumerar los bienes entregados hace ya algunos meses, se recogen los compromisos que adquiere la comunidad.
La entrega se efectúa porque “es deseo y decisión del legatario -el sobrino del cardenal-que sea en dicha iglesia o en sus dependencias donde permanezcan bajo la guarda, custodia, cuidado, mantenimiento, dirección y control del párroco actual y los que le sucedan” y siempre condicionado a que “la depositaria -la parroquia- esté regida por la comunidad salesiana” y que el legado quede expuesto y puedan conocerlo los interesados en la vida y pensamiento de Tarancón.
De este modo queda sellado el acuerdo y asegurado que el tesoro del cardenal se quede en Burriana. Una parte del mismo está expuesto en vitrinas y, entre otros, se encuentran el birrete de la proclamación como doctor honoris causa, un cáliz regalado por la familia con motivo de las bodas de plata sacerdotales, la famosa carta pastoral “El pan nuestro de cada día” (Solsona 1950) o un cáliz regalado por la ciudad de Burriana en su nombramiento como arzobispo de Oviedo.