Una rueda de prensa da poco margen a la originalidad. La de laBarcelona Midnight Trial, no aspiraba el viernes 12 de junio a romper moldes, con su presentación ‘power point’, sus micros, sus botellines de agua y sus sillas. Pero lo ha conseguido.
La puesta de largo de la carrera nocturna, que llega a su cuarta edición, ha estado presidida por uno de los organizadores, Nicolas Beck; el salesiano Carlos Garulo, de la comunidad del Tibidabo, y una corredora con su bebé sobre las piernas.
Todo tiene su explicación. El religioso, Carlos Garulo, se ha encargado de detallar la principal novedad de este año: en los 15 kilómetros de recorrido por Collserola se incluye el paso por el interior del templo del Sagrado Corazón de Jesús del Tibidabo. Nada de rodealo o dejar las puertas abiertas para que se vea el interior, no. Los corredores, antes de cruzar la meta situada en la entrada del parque de atracciones, subirán por las escaleras del templo hasta la terraza principal. Ahí accederán a la iglesia, cruzarán el pasillo central y subirán una escalinata de caracol hasta alcanzar el punto más alto, justo debajo de la estatua. Descenderán por la otra torre y por la escalera del otro lado.
Todo sucedió al término de la edición del año pasado. Los organizadores, unos días antes de la tercera edición, tuvieron a bien avisar a los religiosos de que el viernes de esa semana iba a haber jaleo, para que no les viniera de nuevo. De ahí surgió una comida con Garulo, que fue quien lanzó la propuesta que despertó chiribitas en los ojos de los ideólogos de la Midnight Trail.
"No hemos encontrado ninguna otra carrera que pase por el interior de una iglesia", señala Beck, que fue el primer sorprendido de que los propios salesianos plantearan que mil personas sudorosas y con los pies llenos de polvo entraran en su templo. "A veces nos olvidamos del beneficio espiritual y anímico de las cosas, y además nosotros fuimos los primeros moradores de la montaña y no queríamos quedarnos al margen", ha explicado a este diario Garulo.
En cuanto el primer participante pise el santuario (la cita es el 18 de septiembre), el organo empezará a sonar, y no dejará de hacerlo hasta que pase el último corredor.
"Es una experiencia totalmente sensacional, mágica, parece que conectas con el universo", ha explicado Ragna Debats, corredora del equipo Grifone, que fue la primera en probar el sorprendente recorrido final. Al margen de poder trotar sobre suelo sagrado, los ‘runners’ a los que no les preocpue demasiado el crono podrán disfrutar de las maravillosas vistas de Barcelona desde la terraza.
En esta edición, la organización espera conseguir que el 25% de los inscritos sean mujeres –en el 2014 fueron el 21%–. La prueba tiene 500 metros de desnivel positivo y transcurre en un 90% por senderos y pistas. Entre las mortales escaleras de la Font del Mont y las del templo del Tibidabo, los participantes deberán superar unos 400 escalones de subida y otros 200 de bajada.
La primera Midnight Trail se celebro el 9 de septiembre del 2012 con 500 participantes. El parque, a pesar de las presiones de algunos grupos ecologistas y animalistas, permitió doblar las inscripiciones. De momento, ha habido siempre pleno.