Fuente: Junta de Andalucía
La consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía, Rocío Ruiz, visitó la escuela de verano gestionada por la Asociación Juvenil Carabela de Huelva que, junto a la Asociación Hispanidad Avanza desarrolla el proyecto Atrévete a soñar en verano, para ofrecer a la población infantil una oferta de ocio alternativa y atractiva para los meses de verano. Atenderán a un total de 80 menores en las zonas desfavorecidas de El Torrejón y La Orden-Príncipe Juan Carlos.
Con este proyecto se ofrece un espacio lúdico-formativo donde crecer, divertirse, relacionarse y aprender junto, donde el servicio de comedor es un aspecto fundamental que pretende garantizar la alimentación de las personas participantes.
Asimismo, se ha elaborado un protocolo de seguridad y autoprotección en la escuela de verano para conciliar en estos momentos los derechos de niños, niñas y adolescentes al descanso, el esparcimiento, el juego y a las actividades recreativas, con la protección de su salud y seguridad frente al Covid-19.
La consejera ha estado acompañada por la el director general de Servicios Sociales, Francisco Vidal, la delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía en Huelva, Bella Verano, la delegada territorial de Educación, Deporte, Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, Estela Villalba, y el presidente de la Asociación Juvenil Carabela, Francisco José Mora.
La visita sirvió para dar a conocer el presupuesto general del programa de Escuelas de Verano, que este se año ha incrementado hasta los 2.442.840 euros frente a los 1.889.903 euros de 2019, lo que supone 552.937 euros más.
Las escuelas de verano, que se desarrollarán entre el 1 de julio y el 31 de agosto, atienden a niños y niñas entre 3 y 15 años pertenecientes a familias con dificultades económicas y/o en situación de riesgo de exclusión. Este programa, gestionado por entidades sin ánimo de lucro, tiene como objetivo garantizar tres comidas diarias (desayuno, almuerzo y merienda), así como desarrollar acciones socioeducativas y de ocio y tiempo libre. Además, estas escuelas permiten conciliar también la vida familiar y laboral.
«Las familias en situación de exclusión no disponen de recursos para garantizar una alimentación sana y equilibrada ni llevar a sus niños y niñas al menos una semana de vacaciones al año, ni tampoco costear actividades de ocio o culturales en los meses de verano», ha lamentado la consejera, quien ha añadido que «este programa pretende paliar esas situaciones de desigualdad en las zonas más vulnerables».
Rocío Ruiz ha resaltado que «tras la declaración del estado de alarma provocado por la pandemia del Covid-19, la vulnerabilidad de la población ha crecido, incrementándose exponencialmente el desempleo, multiplicándose las necesidades sociales de un importante número de ciudadanos y de ciudadanas, lo que impacta directamente en necesidades básicas como es la alimentación».
En este sentido, «la Consejería de Igualdad ha tenido una respuesta rápida y ágil para garantizar la alimentación de niños, niñas y adolescentes cuya situación económica se ha visto agravada por la crisis del Covid-19, empobreciendo aún más a las familias que ya estaban en situaciones de exclusión social», ha destacado Rocío Ruiz.
Las escuelas de verano se pusieron en marcha en 2013 en desarrollo del Decreto-ley 7/2013, de 30 de abril, de medidas extraordinarias y urgentes para la lucha contra la exclusión social en Andalucía, dentro del Plan Extraordinario de Solidaridad y Garantía Alimentaria, cuyo objetivo es garantizar las necesidades alimentarias básicas de personas y familias en situación de exclusión social o en riesgo de estarlo.
La mayoría de estas escuelas se organizan en centros educativos de enseñanza primaria que, en esta ocasión, se han tenido que adaptar a las medidas de seguridad obligadas por la pandemia del Covid-19. Así, todas las entidades han tenido que realizar un protocolo de seguridad, que incluye las acciones de protección tales como la desinfección diaria de las instalaciones, el mantenimiento de la distancia de seguridad, el lavado de manos o la utilización de mascarillas.
Igualmente, habrá un seguimiento de los participantes por si presentaran síntomas y se ha reducido la ratio de las actividades y delimitado los espacios para contar con todas las garantías.