Jóvenes de los proyectos sociales de Salesianos participan en «Fills de La Mina», el rap para combatir prejuicios

30 junio 2020

Por Catalunya Plural con adaptación Comunicación Social Salesianos

Jóvenes de La Mina han creado una canción que plasma la interculturalidad, el compañerismo y el valor de la familia y de la comunidad que caracterizan el barrio de Sant Adrià del Besòs, un barrio a menudo menospreciado y estigmatizado.

«¿De dónde sois?», Pregunta una señora a dos chicas en un centro comercial. «De La Mina.», Responden ellas. «De La Mina? Ufff … », resopla la señora, mientras se va. En esta situación se encontró la Neus, una vecina del barrio de La Mina de trece años, que denuncia que, como ésta, ha vivido situaciones similares muchas veces.

Neus critica que en la televisión sólo aparezca su barrio cuando se habla de peleas o de drogas y explica que, en su día a día, se encuentra personas con muchos prejuicios hacia La Mina. Su hermano gemelo, Paco, concuerda con ella. «Nos critican mucho, pero nunca vienen aquí», explica Paco. «Exacto», contesta Neus. «Yo lo que diría a estas personas que nos critican es que vengan en el barrio. Muchas dicen que no se atreven a pisarlo. Si no lo hacen, es porque saben que quedarán mal, porque La Mina no es tan mala como piensan », responde la chica con convicción.

Estos hermanos son dos de los jóvenes que han participado en la creación de ‘Fills de La Mina’ (Hijos de La Mina), una canción que mezcla rap y rumba en catalán para luchar contra los estereotipos y prejuicios que rodean un barrio que, a ojos de fuera, es sólo un barrio conflictivo y castigado por la droga. Se trata de un proyecto impulsado por la Plataforma per la Llengua, y en el que han participado una treintena de hombres y mujeres de entre 12 y 14 años de dos entidades sociales del barrio, el Espai Joven La Mina y la Plataforma de Educación Social (PES) de los Salesianos en La Mina. Los jóvenes, con la ayuda de sus educadores, han creado la canción con la idea de dar una visión positiva de su barrio. «Aquí nos ayudamos todos entre todos, hay mucho sentimiento de familia», dice Neus. Y así se plasma a la vuelta de la canción: «Si te pasa algo, aquí alguien siempre te ayuda. No hay excusas, todos vamos a una ».

‘Fills de la Mina’ reivindica la cultura de barrio y la calle como espacio destinado al juego y la convivencia, expresión de la interculturalidad que caracteriza el barrio. «En la Mina todos somos amigos, jugamos al fútbol gitanos y magrebíes. Las tardes, por el barrio, calles, parques y jardines », dice la canción, construida a partir de la experiencia de los jóvenes participantes. Según Álex Montalbán, educador de la PES de los Salesianos en La Mina, participar en esta iniciativa ha sido una gran oportunidad para los jóvenes. «Les ha dado el protagonismo que normalmente no tienen», explica. También recuerda que estos jóvenes, a pesar de su corta edad, tienen unas historias de vida muy duras. Sin embargo, señala Sara López, educadora de la PES de los Salesianos en La Mina, «son igual de capaces que cualquier grupo de niños de su edad, y así lo han demostrado con la creación de la canción».

Potenciar la cohesión social a través del catalán

La Plataforma per la Llengua impulsó este proyecto con el objetivo de potenciar el uso del catalán entre los jóvenes del barrio de La Mina. En este sentido, se ha querido acercar a los jóvenes dos referentes culturales que hablan en catalán, el rapero Nel C y el rumbero gitano Rafalito Salazar, que han ayudado a los jóvenes en la creación del videoclip. «El Rafalito es un referente gitano por los jóvenes y rompe el estigma que todos los gitanos son castellanohablantes», explica Marc Guevara, uno de los coordinadores de la iniciativa de la Plataforma per la Llengua.

La entidad, dedicada a la promoción de la lengua y cultura catalanas, ha impulsado iniciativas similares en zonas como Nou Barris, Sabadell o Santa Coloma de Gramenet. En el caso de La Mina, el proyecto se ha financiado gracias a una campaña de micromecenazgo que consiguió recaudar 10.000 euros. Según Marc Guevara, con iniciativas como estas se busca que los jóvenes puedan desarrollarse plenamente en catalán, lo que les abrirá puertas a nivel laboral y social. «Buscamos la cohesión social a través de la lengua», destaca Guevara.

Al inicio costó que los jóvenes participantes quisieran hablar y escribir la canción en catalán. «Tienen muy asociado el catalán en el ámbito académico y no tienen la costumbre de hablarlo habitualmente», señala Montalbán. Además, según explica el educador, aunque el rap es un estilo de música cercano a ellos, no lo tienen asociado a la lengua catalana. A pesar de las dificultades iniciales, pero, a medida que fue avanzando el proceso de creación del videoclip, los chicos y chicas se iban entusiasmando más. «Cuando el tema ya empezaba a tener forma, dejaron de lado si el rap era en catalán o en castellano, porque la canción la habían hecho ellos y les gustaba», señala Guevara.

Según la educadora de la PES de Salesianos La Mina, Sara López, el proyecto ha permitido potenciar las habilidades sociales y comunicativas de los jóvenes, aparte de trabajar aspectos como el de perder la vergüenza y los nervios ante ciertas situaciones. «No cualquier persona se pone ante un micro a rapear», destaca López, haciendo un repaso mental de las superaciones individuales de cada uno de los jóvenes.

Un proceso participativo y con proyección en el barrio

En las primeras sesiones, que comenzaron el mes de febrero, los chicos y chicas hicieron una lluvia de ideas para decidir los temas que querían que tratara la canción. En estos talleres surgieron también ideas negativas sobre el barrio. «Los estigmas los conocen, porque los ven en la televisión», explica Montalbán. Sin embargo, dice, ellos están contentos en el barrio y no tienen ningún problema, ya que «los prejuicios vienen de fuera». Así, a medida que fueron avanzando las semanas fueron construyendo la canción. Una vez escrita, la actriz y dramaturga Estel Solé ayudó a los jóvenes a hacer el guión del videoclip, que también decidieron los lugares donde se grabaría y las coreografías que se harían.

Más adelante, los chicos y chicas fueron a grabar la canción en un estudio profesional. La experiencia, dicen los jóvenes, fue muy enriquecedora. «El estudio era enorme. Me gustó mucho porque nunca había estado en un lugar así », comenta Paco. Según Sara López, una de las educadoras de los jóvenes, en ir al estudio vieron «que la cosa iba en serio» y que «esto pasa una vez en la vida».

Finalmente, llegó el esperado día del rodaje del videoclip. Acompañados por el rapero Nel C y el rumbero Rafalito Salazar, y por todo un equipo con cámaras y micrófonos, los jóvenes recorrieron las calles, la famosa Rambla Camarón, la Plaza Marte, el Instituto Escuela La Mina y las tiendas de barrio entonando la canción. «La intención era que salieran las máximas personas del barrio, que se viera un barrio despierto y lleno de vida», expresa Montalbán. Así, el equipo de la Plataforma por la Lengua contactó con diversas entidades de tejido asociativo del barrio para que participaran en el videoclip.

Todo ello, es una pieza que homenajea el barrio de La Mina y su gente. Un videoclip que plasma la vida, el tejido asociativo, el compañerismo y el valor de la familia y de la comunidad que caracterizan el barrio de La Mina. Y todo elaborado por hombres y mujeres que se sienten orgullosos de pertenecer a su barrio. «Somos los hijos de la Mina. Orgullosos del barrio donde nacimos, y donde queremos crecer, sin rejas. Somos los hijos de la Mina. Familias luchadoras, decididas, luchando por lo que aman «, termina la canción.

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