Este viernes día 7, en la Jornada Mundial por el Trabajo decente, nos sumanos al gesto público diocesano en la Basílica de Santa María, junto a otros colectivos y organizaciones.
Salesianos Elche se suma con su firma (representados por el Consejo de la Obra Salesiana, en su reunión ordinaria del pasado 22 de septiembre) a la declaración “Iglesia por el Trabajo Decente”, promovida en la Diócesis de Orihuela-Alicante por Cáritas, CONFER, Comisión Justicia y Paz, Secretariados diocesanos de Migraciones y de Pastoral Obrera, y movimientos apostólicos de trabajadoras y trabajadores cristianos (ACO, HOAC, JOC).
La Iniciativa “Iglesia por el Trabajo Decente” tiene su origen en las organizaciones de inspiración católica que, reunidas en Roma en el verano de 2014 con representantes de la Santa Sede, asumieron el compromiso de situar en la primera línea de las agendas política, social y eclesial la reivindicación de un trabajo decente para todas las personas.
Una fecha de singular importancia para reivindicar el trabajo decente para todas y todos es este 7 de octubre: en Elche lo haremos con un gesto público en Santa María (una Vigilia de Oración a las 7 de la tarde en los salones, y una concentración en la Plaza de Santa Isabel a las 8). Desde Salesianos y su compromiso con las y los jóvenes trabajadores no podemos faltar (como testigos de Don Bosco, que tanto cuidó la dignidad de cada trabajador) en fecha tan señalada.
En la encíclica Laborem Exercens, Juan Pablo II afirma que "La Iglesia está vivamente comprometida en esta causa (la del trabajo y sus derechos), porque la considera como su misión, su servicio, como verificación de su fidelidad a Cristo, para poder ser verdaderamente la Iglesia de los pobres" (LE 8). Más tarde, en el año 2000, con ocasión de la celebración del Jubileo de los Trabajadores lanzó un llamamiento para “una coalición mundial a favor del trabajo decente”, alentando la estrategia de la Organización Internacional del Trabajo.
Recordándonos esta iniciativa, el Papa Benedicto XVI, en su encíclica Caritas in Veritate, número 63, define qué entiende la Iglesia por trabajo decente: “Un trabajo que, en cualquier sociedad, sea expresión de la dignidad esencial de todo hombre o mujer: un trabajo libremente elegido, que asocie efectivamente a los trabajadores, hombres y mujeres, al desarrollo de su comunidad; (…) haga que los trabajadores sean respetados, evitando toda discriminación; un trabajo que permita satisfacer las necesidades de las familias y escolarizar a los hijos sin que se vean obligados a trabajar; un trabajo que consienta a los trabajadores organizarse libremente y hacer oír su voz; un trabajo que deje espacio para reencontrarse adecuadamente con las propias raíces en el ámbito personal, familiar y espiritual; un trabajo que asegure una condición digna a los trabajadores que llegan a la jubilación.”
El Papa Francisco, en un discurso pronunciado en Cagliari (el 22 de septiembre de 2013) decía que “Es necesario reafirmar que el trabajo es una realidad esencial para la sociedad, para las familias y para los individuos, y su principal valor es el bien de la persona humana, ya que la realiza como tal, con sus actitudes y sus capacidades intelectuales, creativas y manuales. De esto se deriva que el trabajo no tenga solo un fin económico y de beneficios, sino ante todo un fin que atañe a la persona y a su dignidad. ¡Y si no hay trabajo, esa dignidad está herida!”
Esta iniciativa, “Iglesia por el Trabajo Decente”, tiene el objetivo de suscitar el diálogo en torno al Trabajo Decente e informar y concienciar sobre este concepto acuñado por el Magisterio de la Iglesia y la sociedad civil. Respondemos así al llamamiento realizado en Roma el verano de 2014; persiguiendo nuestro primer objetivo para este curso que es difundir el concepto de Trabajo Decente hacia el interior de nuestras organizaciones, hacia la Iglesia en general y hacia la sociedad.