¿Cómo viven el tiempo pascual nuestros jóvenes de las casas de acogida, pisos de emancipación, jóvenes en las plataformas?
Para responder a esta pregunta creo que es bueno encuadrar la pastoral en las plataformas sociales salesianas dentro del esquema orgánico de la pastoral Inspectorial. De esta manera se garantiza dos cosas: que la pastoral que se lleva a cabo en las plataformas sociales está integrada dentro del proyecto Inspectorial y se desarrolla en sintonía con la pastoral de los otros ambientes que existen en la obra salesiana, y la segunda, que la especificidad de la pastoral que requieren los jóvenes en dificultad no se diluya en el “café para todos”, sino que tenga un tratamiento específico que se adapte a esta realidad: niños y jóvenes que viven las 24 horas conviviendo con nosotros, día y noche, jóvenes que son de otras religiones o jóvenes a los que hay que realizar un preanuncio, porque jamás en la vida han escuchado hablar de Dios.Una vez dicho esto, el tiempo pascual se celebra conforme a lo que cada equipo educativo programa con sus responsables de pastoral. Para ello cuentan con los buenos días/tardes/noches, con las bendiciones de la mesa en el caso de los recursos en los que los niños y jóvenes residen con nosotros. También con las actividades que se desarrollan en la obra salesiana y en la comunidad cristiana de referencia. Por poner un ejemplo donde vivo, todos los proyectos de Córdoba, educadores, profesionales, voluntarios y destinatarios participan con motivo de la Pascua en un día de convivencia en el campo, en el que se comienza con una celebración de la palabra preparada por todos los grupos, se continúa con una Ginkana Pascual y se termina con una comida compartida.
¿Estos jóvenes pueden vivir el tiempo pascual aunque sean de otra religión?
En casi todos los proyectos conviven jóvenes o personas de diversa sensibilidad religiosa, y en muchos casos de religión musulmana. Ello no es una dificultad para compartir nuestra fe y momentos celebrativos no sacramentales. El mensaje que se les da en el tiempo pascual es la alegría de ser queridos por un Dios que apuesta por ellos y que vence a la muerte y al mal para darnos vida en abundancia a todos y cada uno de nosotros. Los jóvenes de nuestros proyectos, cuando llevan un tiempo con nosotros y ya están “enganchados con nuestro carisma” son muy receptivos al mensaje religioso.
¿Los cristianos regalamos este tiempo pascual a todos y no excluimos a nadie?
Sin lugar a duda. Incluso a los que se manifiestan no creyentes.
El tiempo pascual es tiempo de romper muros, Cristo nos invita. ¿Qué puertas seguimos abriendo a los jóvenes excluidos?
Las puertas de la aceptación y del amor. Estos jóvenes llevan gran parte de su vida escuchando que no valen, que son unos desechos de la sociedad, que estorban. Encontrar a educadores y educadoras que los aceptan incondicionalmente y que los sitúan en el centro del corazón de Dios, les anima a entrar, a no quedarse afuera.
¿Hay alguna historia “pascual” de jóvenes que resucitan?
No sé si son historias pascuales, pero si te comento algunas anécdotas que nos hablan de cambio, de diálogo interreligioso, empatía, que nos hablan ¿por qué no? de resurrección. Todas ellas protagonizadas por jóvenes, mayores de 18 años que han pasado por nuestro Proyecto Buzzetti: Mathening, joven de Malí, de otra religión, al tiempo de estar en nuestro piso pide ser bautizado en la religión cristiana. Cristina, joven andaluza de 18 años, que nos llega del sistema de protección después de una dura historia de maltrato. Tras participar solo un mes en el centro juvenil de la obra, nos pide entrar en un grupo de confirmación. Drahmane, joven musulmán que después de llevar un tiempo en uno de nuestros pisos de emancipación del Proyecto Buzzetti, toca en el timbre de la comunidad parroquial para pedir a un salesiano referente que recemos por él, por una entrevista de trabajo que tiene al día siguiente. Mohamed Hamudi, joven musulmán que después de estar un año trabajando en el colegio salesiano de San José del Valle, afirma que cuando tenga hijos los llevará a un colegio Salesiano. Abdelkarim, joven marroquí, con un pasado de exclusión y rebeldía contra la sociedad que lo ha rechazado, que asegura que su encuentro con Don Bosco y con los cristianos le ha cambiado la vida.