A las 10 en punto de la mañana daba comienzo la eucaristía, presidida por el cardenal Ángel Fernández Artime para celebrar el nacimiento de Don Bosco en la clausura del Sínodo Salesiano de los Jóvenes, organizado por el sector de la Pastoral para conmemorar el 200 aniversario del Sueño de los 9 años.
370 jóvenes de 94 naciones llenaban el tempo, rezando y cantando cada momento de la eucaristía.
El Rector Mayor agradecía a los jóvenes su participación y también a miembros de diferentes grupos de la Familia Salesiana, a las Hijas de Mará Auxiliadoara presentes, a los miembros el Consejo General, a Monseñor Giordano Pichinotti a las autoridades municipales, y a quien le sustiturá durante este tiempo antes del próximo capítulo general, el vicario, Stefano Martoglio.
Fidelidad al carisma
En su homilía, el cardenal agradeció haber compartido “los sueños de los jóvenes de todo el mundo salesiano” que se han reunido en ese lugar para celebrar el cumpleaños de Don Bosco. Frente a la “lógica humana”, destacó que “el Señor ama y ama profundamente a una joven de un lugar remoto como era María de Nazaret para ser la madre de su Hijo encarnado”, lo mismo ocurre en ese remoto caserío donde Dios llama a Juanito Bosco que no será “un campesino más sino para ser el padre y maestro de la juventud del mundo”.
Destacando que la congregación surge con los propios jóvenes, esto es para el cardenal, “un signo del amor de Dios a la Iglesia”. Algo que, añadió, tiene mucho futuro más allá de las fuerzas humanas si se observa el mundo con “una mirada de fe” ya que es “el Espíritu Santo el que guía la Iglesia y acompaña el ministerio del Vicario de Cristo, en estos momentos, el papa Francisco”. Por ello, citando a Don Bosco, clamó: “¡Viva el Papa!” También pidió fidelidad a ese Espíritu a la congregación salesiana, por lo que pidió “no olvidar el Espíritu Santo y la fidelidad”.
Sobre su renuncia, la presentó como un signo de que “el Señor acompaña la vida de la Iglesia”. “Es una bellísima expresión de fe, la vida de la congregación sigue adelante y cada uno ponemos de nuestra parte para garantizar este camino de fidelidad”, añadió reivindicando un carisma que se resume en una “fidelidad al Señor, una fraternidad que sea fascinante para los jóvenes y el amor a los jóvenes”.
Jóvenes agradecidos
Al finalizar la eucaristía, los jóvenes expresan su profundo agradecimiento por el trabajo y liderazgo del Rector Mayor al finalizar su servicio: «¡Qué Dios le bendiga con buena salud y fuerza! ¡Que el espíritu santo le guíe para llevar a Dios a los jóvenes»!
Antes de firmar su renuncia y sellarla, el cardenal Ángel Fernández Artime leía a la Asamblea la carta que al finalizar la celebración enviaría a toda la Familia de Don Bosco. «El papa Francisco me ha llamado a otro servicio para el bien de la iglesia».