De este modo, Benigni ha asegurado, con su clásica espontaneidad en la oratoria, que se trata de un libro “para llevar en el bolsillo”, que se puede leer en quince minutos, mientras el tren está retrasado. También ha observado que “no se puede hablar moderadamente del Papa. Es un revolucionario, es maravilloso”.
En la presentación del volumen, publicado en 6 idiomas en 86 países contemporáneamente, también han participado el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, y un joven chino preso en Italia, Zhang Agostino Jianqing.
Bromeando, el actor italiano ha contado que de pequeño quería ser sacerdote y cuando en la escuela le preguntaban qué quería ser de mayor respondía “Papa”. Todos se reían y entonces entendió que tenía que ser cómico, ha explicado provocando las carcajadas del público.