Feminae. El Mundo en femenino es una exposición fotográfica de MISIONES SALESIANAS con imágenes del fotoperiodista Alfons Rodríguez. Desde el 4 al 27 de junio, la muestra podrá visitarse en la Casa de la Dona de Paterna de 9:00 a 13:00 h. de lunes a viernes, y martes y jueves de 17:00 a 19:00 h.
La muestra retrata la vida de mujeres de los cinco continentes. Mujeres que luchan cada día para abrirse camino y mejorar su vida y la de los suyos. Son mujeres que aman, sufren, odian, cuidan… y que se enfrentan al futuro con dignidad. “Son ejemplos de vida y, a la vez, representan a mujeres anteriores, presentes y futuras”, explica Rodríguez.
El autor de la muestra, Alfons Rodríguez, con una trayectoria profesional de más de 25 años, ha trabajado en más de 100 países de todos los continentes. En sus trabajos, principalmente de un marcado carácter social y antropológico, observa las dos caras de nuestro mundo: belleza, esperanza y bondad frente a horror, desánimo y maldad. Su obra ha sido premiada internacionalmente y publicada y expuesta en América, África, Europa y Asia.
Con 33 imágenes de mujeres, la exposición fotográfica muestra la diversidad y la resiliencia de las mujeres de todo el mundo. “Son madres, son cuidadoras, son trabajadoras, son profesionales… Son Feminae”, dice Mariano García, responsable del Museo Misiones Salesianas sobre esta exposición que además recoge el trabajo que Misiones Salesianas realiza para fortalecer el papel de la mujer en el mundo y romper con las brechas de desigualdad.
Los misioneros salesianos trabajan en más de 130 países de los cinco continentes en la formación de las mujeres para crear lideresas locales que formen a otras mujeres en otros pueblos en temas tan importantes como la alfabetización, la higiene, los cuidados del embarazo, la crianza de los niños…
Desde MISIONES SALESIANAS, explican que quieren «que las mujeres tengan voz y participen en la toma de decisiones. Y para ello, la educación es una de las claves para superar las diferencias entre hombres y mujeres. La vida de una mujer que tiene acceso a educación nada tiene que ver con la de aquellas que son privadas de este derecho universal. Una niña que estudia se casará más tarde, tendrá menos hijos, dará mejor atención y alimentación a su familia y participará de manera más activa en su comunidad. La educación rompe con el círculo vicioso de la pobreza. La formación y la independencia económica de las mujeres son dos factores fundamentales para conseguir el desarrollo de las comunidades en la que vive».
