Fallece Antonio Mélida Amezgaray, salesiano sacerdote

13 octubre 2017

Desde la Inspectoría Salesiana María Auxiliadora se comunica el fallecimiento del salesiano sacerdote don Antonio Mélida Amezgaray, acontecido a las 05:00 del viernes 13 de octubre, en El Campello (Alicante). Tenía 90 años de edad y había cumplido los 74 de salesiano y los 65 de sacerdote.
                 
Su funeral se celebrará el sábado 14, a las 12:00, en el Santuario-Parroquia de San Juan Bosco en la casa salesiana de El Campello. La capilla ardiente, en esta misma iglesia, se podrá visitar a partir de las 09:00.

Don Antonio nació en Pamplona, el 17 de enero 1927. Hizo el Noviciado en San Vicenç dels Horts, donde profesó el 16 de agosto de 1943. Estudió la filosofia en Gerona (1943-45). Después del tirocinio en Sarrià (1945-48) cursó sus estudios de teología en Madrid-Carabanchel (1948-50) y en Martí-Codolar (1950-52). Recibió la ordenación sacerdotal el 31 de mayo de 1952 en Barcelona.    

Desde entonces, su labor pastoral se desarrolló, sucesivamente, en Sarrià (1952-58); El Campello (1958-59); La Almunia (1959-60); Valencia-Institución Sindical San Vicente Ferrer (1960-66); Madrid-Casa Don Bosco (Delegado Nacional de Pastoral Juvenil: 1966-70); Valencia-San José (Inspector SVA: 1970-72); Roma (Consejero Regional: 1972-78. Colaborador del Dicasterio Central de Misiones: 1990-95); Madrid-Procura (1978-90 y 1995-97. Visitador Extrardinario: 1980-82; Subdirector Nacional Obras Misionales Pontificias y Secretario del Obispo Delegado de Misiones: 1984-90); Alicante-Mª Auxiliadora (1997-2002) y Zaragoza (2002-12). Desde 2012 ha pertenecido a la comunidad de El Campello, estando en la Casa de Salud hasta hoy, día de su fallecimiento.

Don Antonio ha sido un salesiano ejemplar, fiel entusiasta de Don Bosco e hijo amoroso de María Auxiliadora, emprendedor, disponible, amable…, ejemplo de serenidad y de caballerosidad, que ha sabido dar, a lo largo de su vida, lo mejor de sí mismo.

Que el Señor Resucitado lo acoja entre todos aquellos que han entregado su vida a la misión salesiana, y que María Auxiliadora, a la que tanto amó, lo abrace con el cariño de Buena Madre del cielo.  Que descanse en paz.

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