ESTUDIO DE LA PALABRA| CICLO C – V DOMINGO DE CUARESMA

28 marzo 2022

Propuesta de Lectio Divina personal (o en grupo)

V DOMINGO DE CUARESMA Ciclo C (Jn 8,1-11)

 

 

ORACIÓN

Creemos que estás en medio de nosotros, Padre, y en nuestro interior;

creemos que el Espíritu de tu Hijo nos impulsa.

Te pedimos que no dejamos de estar abiertos al Espíritu,

y que sepamos escuchar sus insinuaciones.

Que venga sobre nosotros tu Espíritu

que nos ayude a conocer más a tu Hijo

a través de la Palabra que ahora escucharemos.

(B) PASOS PARA LA MEDITACIÓN

  1. LEE…

¿Qué dice el texto?

Atiende a todos los detalles posibles. Imagina la escena. Destaca todos los elementos que llaman la atención o te son muy significativos. Disfruta de la lectura atenta. Toma nota de todo lo que adviertas. Para la comprensión del texto te pueden servir los comentarios que te ofrecemos a continuación.

Texto (Jn 8,1-11)

Pero Jesús se dirigió al monte de los Olivos, y al día siguiente, al amanecer, volvió al templo. La gente se le acercó, y él, sentándose, comenzó a enseñarles.

 Los maestros de la ley y los fariseos llevaron entonces a una mujer que había sido sorprendida en adulterio. La pusieron en medio de todos los presentes y dijeron a Jesús: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo del adulterio. En nuestra ley, Moisés ordena matar a pedradas a esta clase de mujeres. Y tú, ¿qué dices?

Preguntaron esto para ponerle a prueba y tener algo de qué acusarle, pero Jesús se inclinó y se puso a escribir en la tierra con el dedo. Luego, como seguían preguntándole, se enderezó y les respondió: El que de vosotros esté sin pecado, que le arroje la primera piedra.

Volvió a inclinarse y siguió escribiendo en la tierra. Al oír esto, uno tras otro fueron saliendo, empezando por los más viejos. Cuando Jesús se encontró solo con la mujer, que se había quedado allí, se enderezó y le preguntó:

Mujer, ¿dónde están? ¿Ninguno te ha condenado? Contestó ella: Ninguno, Señor. Jesús le dijo:

Tampoco yo te condeno. Vete y no vuelvas a pecar

Comentarios:

Hoy el evangelio nos ayuda a meditar sobre el encuentro de Jesús con la mujer que iba a ser lapidada. Por su predicación y por su manera de actuar, Jesús incomodaba a las autoridades religiosas. Por esto, las autoridades utilizaba todos los medios posibles para acusarlo y eliminarlo. Le traen delante a una mujer sorprendida en flagrante adulterio. Bajo la apariencia de fidelidad a la ley, usan a la mujer para esgrimir argumentos en contra de Jesús.

El diálogo final entre la mujer y Jesús es una hermosa escena de la vida de Jesús: Dios condena el pecado, pero siempre salva al pecador, a la persona. Muestra todo su cariño y comprensión a la mujer y la perdona: “Tampoco yo te condeno”. Pero se muestra intransigente con el pecado: “en adelante no peques más”.

Jesús no permite que alguien use la ley de Dios para condenar al hermano o a la hermana, cuando todos son pecadores. Este episodio, mejor que cualquier otro enseñamiento, revela que Jesús es la luz que hace aparecer la verdad. El hace aparecer lo que existe de escondido en las personas, en lo más íntimo de cada uno de nosotros. A la luz de su palabra, los que parecían los defensores de la ley, se revelan llenos de pecado y ellos mismos lo reconocen, pues se van comenzando por los más viejos. Y la mujer, considerada culpable y merecedora de pena de muerte, está de pie ante de Jesús, absuelta, redimida y dignificada

  1. MEDITA…

¿Qué me dice Dios a través del texto? Atiende a tu interior. A las mociones (movimientos) y emociones que sientes. ¿Algún aspecto te parece dirigido por Dios a tu persona, a tu situación, a alguna de tus dimensiones?

Sugerencias:

“Abandona ese camino de tristeza, de sufrimiento”. Coge ese otro de la alegría, ilusión y paz que sólo encontrarás en la casa de tu Padre Dios.

 “El creyente descubre en la actitud de Jesús el rostro verdadero de Dios y escucha un mensaje de salvación”

  • ” Perdóname”
  • “Tú me salvas”
  1. CONTEMPLA Y REZA…

¿Qué le dices a Dios gracias a este texto? ¿Qué te mueve a decirle? ¿Peticiones, alabanza, acción de gracias, perdón, ayuda, entusiasmo, compromiso? Habla con Dios…

Sugerencias:

¿Por qué temo tanto a conocer mis pecados

o que sean conocidos por los demás, si solo así,

tú, mi Señor, harás publica tú misericordia?

  1. ACTÚA…

¿A qué te compromete el texto? ¿Qué ha movido la oración en tu interior? ¿Qué enseñanza encuentras? ¿Cómo hacer efectiva esa enseñanza?

  1. COMPARTE…

Si la Lectio se hace en grupo, podéis compartir con sencillez lo que cada uno ha descubierto, para enriquecimiento del grupo.

  1. DA GRACIAS…

Puedes acabar este momento con una oración: expresa a Dios lo que has vivido, dale gracias por lo que te ha manifestado, y pide al Espíritu que te haga pasar de la Palabra a la vida.

 

Ven, Espíritu Santo,

ilumina mi corazón para que pueda entender la Palabra,

conocer más a Jesús

y hacer que en mi vida camine con criterios evangélicos.

Fuente (comentarios y sugerencias): Editorial CCS

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