Creemos que estás en medio de nosotros, Padre, y en nuestro interior;
creemos que el Espíritu de tu Hijo nos impulsa.
Te pedimos que no dejamos de estar abiertos al Espíritu,
y que sepamos escuchar sus insinuaciones.
Que venga sobre nosotros tu Espíritu
que nos ayude a conocer más a tu Hijo
a través de la Palabra que ahora escucharemos.
1. LEE…
¿Qué dice el texto?
Atiende a todos los detalles posibles. Imagina la escena. Destaca todos los elementos que llaman la atención o te son muy significativos. Disfruta de la lectura atenta. Toma nota de todo lo que adviertas. Para la comprensión del texto te pueden servir los comentarios que te ofrecemos a continuación.
Texto (MC 1,29-39)
En aquel tiempo, al salir Jesús y sus discípulos de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar. Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron y, al encontrarlo, le dijeron: «Todo el mundo te busca.» Él les respondió: «Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido.» Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.
Comentarios:
El misterio latente en la persona de Jesús pretende desvelarse en torno a la casa de Pedro -símbolo de la Iglesia- mediante numerosas curaciones. La primera de ellas, que prepara todas las demás, parece dictada por un testigo ocular. La descripción es de una simplicidad extrema. Se excluye toda espectacularidad. El milagro no es teatro. El gesto de Jesús es natural. Pero como todo gesto, lleva en sí una carga simbólica perenne. Las dos palabras centrales de la narración (la levantó… y se puso a servirles) revelan que el poder de Jesús levanta al hombre, a todo hombre, de su estado de postración para encaminarle sobre el sendero del servicio, que es el sendero de todo discípulo (véase Mc 9 33-37; 10 35-45). Las demás curaciones invitan a ver en Jesús a aquél que tiene poder para salvar al hombre de sus miserias más profundas, cargando con todas nuestras enfermedades (véase Mc, Is 53 4; Mt 8 17). Todas son acciones elocuentes. Pero es todavía demasiado pronto para emitir un juicio acertado sobre la persona misteriosa de Jesús. El entusiasmo puede traicionar. Como los demonios, el hombre debe callar y esperar. La jornada tipo de Jesús en Cafarnaún sólo resulta completa con esta narración de la fuga mañanera para orar en la soledad. Soledad y oración forman parte también de su ministerio. Están en la agenda de sus compromisos. Más aún. Aquí culmina su actividad en favor de la muchedumbre y de aquí arrancará de nuevo una actividad similar. La oración es para Jesús -y así debe ser para el cristiano- culmen y fuente de acción. Es a la vez motivo de búsqueda. Todos te buscan. El místico será siempre el hombre buscado. La gente sabe que ésta es una persona que puede ocuparse de sus cosas por estar ocupado precisamente en las cosas de Dios.
2. MEDITA…
¿Qué me dice Dios a través del texto? Atiende a tu interior. A las mociones (movimientos) y emociones que sientes. ¿Algún aspecto te parece dirigido por Dios a tu persona, a tu situación, a alguna de tus dimensiones?
Sugerencias:
“Siempre disponible… Siempre libre… Siempre en camino… Siempre en misión…”
“Muy de madrugada, antes de amanecer” busca su alimento… su complemento, busca al Padre.”
– “El Señor es mi fuerza”
– “Mi Dios y mi todo”
3. CONTEMPLA Y REZA…
¿Qué le dices a Dios gracias a este texto? ¿Qué te mueve a decirle? ¿Peticiones, alabanza, acción de gracias, perdón, ayuda, entusiasmo, compromiso? Habla con Dios…
Sugerencias:
En la escritura se dice que tú estabas habituado a rezar
y yo parece que nunca tengo tiempo para rezar.
Tú buscabas estar cerca del Padre y yo encuentro
mil motivos para evitar estar cerca de Dios.
Señor, tu oración brotaba de dentro de tu ser
y a mí me cuesta estar cerca de mí mismo.
Señor, enséñame a rezar.
4. ACTÚA…
¿A qué te compromete el texto? ¿Qué ha movido la oración en tu interior? ¿Qué enseñanza encuentras? ¿Cómo hacer efectiva esa enseñanza?
5. COMPARTE…
Si la Lectio se hace en grupo, podéis compartir con sencillez lo que cada uno ha descubierto, para enriquecimiento del grupo.
6. DA GRACIAS…
Puedes acabar este momento con una oración: expresa a Dios lo que has vivido, dale gracias por lo que te ha manifestado, y pide al Espíritu que te haga pasar de la Palabra a la vida.
Gracias, Padre, por lo que me has revelado con esta Palabra.
Ayúdame a progresar en el conocimiento de tu Hijo, Jesús,
y hazme dócil a la acción del Espíritu en mi vida.
Fuente Oración: Evangelio al dia 2023 Ed. CCS