Creemos que estás en medio de nosotros, Padre, y en nuestro interior;
creemos que el Espíritu de tu Hijo nos impulsa.
Te pedimos que no dejamos de estar abiertos al Espíritu,
y que sepamos escuchar sus insinuaciones.
Que venga sobre nosotros tu Espíritu
que nos ayude a conocer más a tu Hijo
a través de la Palabra que ahora escucharemos.
1. LEE…
¿Qué dice el texto?
Atiende a todos los detalles posibles. Imagina la escena. Destaca todos los elementos que llaman la atención o te son muy significativos. Disfruta de la lectura atenta. Toma nota de todo lo que adviertas. Para la comprensión del texto te pueden servir los comentarios que te ofrecemos a continuación.
Texto (Jn 3 14-21)
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. l que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. l juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.»
Comentarios:
No existe mejor síntesis de la vida cristiana. Así es el mensaje joánico. Estamos ante el mejor resumen de la teología joánica. El mejor comentario del mismo nos lo ofrece otro texto del cuarto evangelio, que habla de Jesús como el Enviado, de quien lo ha enviado y de la fe en ambos, del juicio que se realiza en la aceptación o rechazo de la luz (Jn 12, 44-50). La “elevación” de Jesús (Jn 3, 14) es la que constituye el reino, reinado o señorío de la vida. En la elevación a la cruz va incluida la exaltación a la gloria. En dicha elevación, el evangelista Juan acentúa las ideas siguientes: la victoria sobre el príncipe de este mundo (Jn 12, 31; 14, 27-30); la participación del hombre en ella mediante la fe (Jn 12, 32); la muerte en cuanto paso necesario y un aspecto parcial de la elevación; la cruz no es el lugar de la máxima humillación, sino un aspecto de la elevación. En este evangelio el fundamento de la teología o de la reflexión teológica no es la cruz, sino el estar sentado a la derecha del Padre; Jesús aparece como el vencedor de la muerte (Jn 5, 26; 14, 30) y el dador de la vida para todos los que creen en él. El juicio, de salud o desgracia, se realiza en la actitud de aceptación o rechazo frente a Jesús (Jn 3, 18-21). En el evangelio de Juan no existe un juicio futuro, que tendría lugar al final de los tiempos, al estilo sinóptico (Mt 25, 31 ss). El juicio se realiza aquí y ahora por la actitud del hombre ante el Revelador (Jn 3, 18). Dios envió a su Hijo al mundo para que el hombre pueda salvarse. Dios hizo la oferta de la vida. Oferta que sigue abierta. Debe ser aceptada en la fe. Lo contrario equivale a la auto-exclusión de la vida. Ese es el juicio. En resumen: el reino es presentado como la vida eterna. El acceso a él lo hace posible la fe y el sacramento, que no es eficaz sin ella.
2. MEDITA…
¿Qué me dice Dios a través del texto? Atiende a tu interior. A las mociones (movimientos) y emociones que sientes. ¿Algún aspecto te parece dirigido por Dios a tu persona, a tu situación, a alguna de tus dimensiones?
Sugerencias:
“Quien produce “vida eterna” es el amor libremente entregado, no el dolor, ni la muerte.”
“Quien ilumina y salva es el amor vivido en cada momento como consecuencia de la entrega, de la coherencia y del amor en la vida”
– “Solo por amor, todo por amor.”
– “El amor no es amado”
3. CONTEMPLA Y REZA…
¿Qué le dices a Dios gracias a este texto? ¿Qué te mueve a decirle? ¿Peticiones, alabanza, acción de gracias, perdón, ayuda, entusiasmo, compromiso? Habla con Dios…
Sugerencias:
Gracias, Padre, por tu amor.
Permíteme experimentar tu misericordia tierna.
Padre, me reconozco obra tuya,
siento que me acoges entre tus manos bondadosas,
eres el culmen de mis alegrías.
Haz de mí una persona creyente.
4. ACTÚA…
¿A qué te compromete el texto? ¿Qué ha movido la oración en tu interior? ¿Qué enseñanza encuentras? ¿Cómo hacer efectiva esa enseñanza?
5. COMPARTE…
Si la Lectio se hace en grupo, podéis compartir con sencillez lo que cada uno ha descubierto, para enriquecimiento del grupo.
6. DA GRACIAS…
Puedes acabar este momento con una oración: expresa a Dios lo que has vivido, dale gracias por lo que te ha manifestado, y pide al Espíritu que te haga pasar de la Palabra a la vida.
Gracias, Padre, por lo que me has revelado con esta Palabra.
Ayúdame a progresar en el conocimiento de tu Hijo, Jesús,
y hazme dócil a la acción del Espíritu en mi vida.
Fuente Oración: Evangelio al dia 2020 Ed. CCS