‘Escuchar el clamor y el dolor del pueblo’, pide el Papa a los Religiosos en Bolivia

11 julio 2015

El Obispo de Roma fue recibido con una calurosa y emotiva acogida, y las palabras de bienvenida estuvieron a cargo de Roberto Bordi, Obispo Auxiliar del Vicariato del Beni y obispo responsable de la Vida Consagrada en el país andino.

Luego de las palabras de bienvenida, el Papa Francisco escuchó con atención cada uno de los testimonios: de Crispín Borda Gómez, Rector del seminario San Luis de Cochabamba; de Gabriela Cuellar de la Congregación San José de Chambery, y por último el testimonio vocacional de Damián Uriona, seminarista diocesano.

Por su parte, el Papa reflexionó sobre el Evangelio de Marcos donde se lee la experiencia del ciego y mendigo Bartimeo que llamó a Jesús a gritos y recuperó la vista. Y así analizó las diferentes respuestas frente a los gritos del necesitado: pasar, cállate, ánimo, levántate. “Pasar es el eco de la indiferencia, de pasar al lado de los problemas y que éstos no nos toquen”, observó el Santo Padre “pasa y pasa, pero no queda nada”.


Es importante, por tanto, retomar del discurso algunas expresiones:
Pasar… “Es el eco que nace en un corazón blindado, en un corazón cerrado, que ha perdido la capacidad de asombro y por lo tanto, la posibilidad de cambio. ¿Cuántos seguidores de Jesús corremos este peligro de perder nuestra capacidad de asombro, incluso con el Señor?”


“Cállate, no molestes, no estorbes, que estamos haciendo oración comunitaria, que estamos en una espiritualidad de profunda elevación, no molestes. A diferencia de la actitud anterior, esta otra escucha, reconoce, toma contacto con el grito del otro. Sabe que está y reacciona de una forma muy simple, reprendiendo”.


Ánimo, levántate… “Sale del anonimato de la muchedumbre para identificarlo y de esta forma se compromete con él. Se enraíza en su vida. Y lejos de mandarlo callar, le pregunta: decime ¿Qué puedo hacer por vos? No necesita diferenciarse, no necesita separarse, no le echa un sermón, no lo clasifica y le pregunta si está autorizado o no para hablar. Tan solo le pregunta, lo identifica queriendo ser parte de la vida de ese hombre, queriendo asumir su misma suerte. Así le restituye paulatinamente la dignidad que tenía perdida…”


Y Papa Francisco concluye su discurso aclarando cómo es la ‘Pedagogía del Maestro’: “Y esta es la pedagogía del Maestro, esta es la pedagogía de Dios con su Pueblo. Pasar de la indiferencia del zapping al «ánimo, levántate, el Maestro te llama» (Mc 10,49). No porque seamos especiales, no porque seamos mejores, no porque seamos los funcionarios de Dios, sino tan solo porque somos testigos agradecidos de la misericordia que nos transforma”.

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