¿Quién es Leonardo Sánchez Acevedo? Preséntate por favor
Soy salesiano sacerdote consagrado a Dios para los jóvenes. He nacido y vivido en Sevilla, en el barrio de la Macarena. Mi familia está allí, aunque tenemos sangre de Galicia, Castilla la Mancha y hasta de Argentina. Soy andaluz por mis orígenes pero abierto a todas las culturas, realidades, ideas, personas…con muchas ganas de seguir formándome, conociendo y aprendiendo. Me encanta la cultura, leer libros de novela histórica, de ficción, de poesía…también intento estar lo más actualizado posible en teología, especialmente en pastoral juvenil y espiritualidad. Disfruto mucho visitando museos, viendo un obra de teatro, musical, escuchar música. Mi lista en spotify o en Apple music son prueba de diferentes estilos que van del pop flamenco al rock, lírico, opera o música meditativa para rezar y elevar mi alma. En mis ratos libres escribo y tengo algunos proyectos de libros, entre ellos uno de novela juvenil sobre mundo fantásticos con fines catequéticos (¡!) Me encanta también todo lo que tenga que ver con pastoral juvenil y especialmente con la espiritualidad juvenil salesiana, donde me gusta investigar, estudiar y diseñar posibles modos de llevar la espiritualidad a los jóvenes. Leo mucho sobre crecimiento personal, coaching, gestión de empresas, innovación y por supuesto en comunicación. No digo que no nunca si mis tareas encomendadas me lo permiten para predicar, animar oraciones o ejercer el ministerio sacramental donde lo necesiten. El mundo de la comunicación además de ser mi terreno formativo es la plataforma desde donde me gusta enseñar y dar a conocer las posibilidades educativas y pastorales dando charlas a profesores, salesianos, animadores, padres…para que nuestras comunidades educativo-pastorales estén mejor formadas en comunicación. Hasta ahora, he dedicado muchas horas al diálogo con jóvenes, especialmente con los universitarios. Me encanta hacer el camino de Santiago, peregrinar, y tomar un gran café junto a una chimenea en compañía de buenos amigos. Disfruto con todos y también sufro mucho ante las injusticias que nos rodean todos los días, especialmente cuando afectan a la misión salesiana, a las familias, a los jóvenes y su falta de esperanza…estos datos son algunas pinceladas que necesitarían de la misericordia de los que me conocen y que pueden mejor describirme y hablar de mí.
¿Cómo conociste a los salesianos?
Mi familia vive muy cerca de los Salesianos de la Stma. Trinidad (Sevilla) y con 12 años pude entrar en 6º de EGB en los Salesianos. Tras muchos intentos finalmente hubo posibilidad de entrar como alumno en la casa que me dio a conocer a Don Bosco. El primer Salesiano que encontré y me recibió fue D. Luis Cornello, que actualmente es el rector de la Basílica de María Auxiliadora. Me dijo: “haremos una buen traje”. Era impresionante aquel colegio. El trato de los salesianos, de los profesores, las actividades que te ofrecían. Los Salesianos estaban en el patio, en la clase, en las actividades de tiempo libre, en los fines de semana…siempre estaban con nosotros y nos ofrecían muchas actividades. Se preocupaban de mis estudios y también de mi vida espiritual. Daba gusto hablar con ellos, bromear, reírse…me invitaban a su casa a merendar y también a rezar.
¿Cómo sentiste la llamada a la vida religiosa?
Fue durante la celebración del Centenario de la muerte de Don Bosco en 1988. Yo tenía 15 años. Los Salesianos se fijaron en mí para hacerme la propuesta vocacional a los 16 años. Participaba en el Oratorio Salesiano como animador, estaba en grupos de fe con mis compañeros y vivía mucho todos los acontecimientos de la casa salesiana de la Stma. Trinidad. Dos salesianos estuvieron siempre pendientes de mi inquietud que detectaron y se atrevieron a identificarlas: Don Alonso Vázquez que está ya en el Cielo y D. Luis Cornello. Estos dos salesianos me hicieron la propuesta y además de ayudarme a tener una vida sacramental más regular con la confesión y la eucaristía, me supieron dar experiencias de voluntariado donde platearme lo que Dios quería de mí. ¡Soy un soñador!… me planteé por qué no vivir y ser como Don Bosco. Quería y quiero ser como él. Lo de la vida consagrada o religiosa no sabía lo que era. Después aprendí lo que significaba ser religioso y consagrado: ser de Dios, ser totalmente de Él, para poder ser para los demás. Y eso es lo que sigo aprendiendo como Salesiano de Don Bosco cada día. Uno aprende que cuando hace los votos no está todo hecho…, hace la profesión religiosa y es el inicio de un camino donde cada día intentas ser más de Dios y más para y por los jóvenes. En esta tarea continuo. ¡Que Dios me siga dando fuerzas!
¿Qué episodio de la vida de Don Bosco te llama la atención?
Es muy difícil esta pregunta. Yo disfruto mucho releyendo las Memorias del Oratorio escritas por Don Bosco. Ahora con el recién publicado libro de las Fuentes estoy encantado con la lectura. Destacaría el Sueño de los 9 años y especialmente la famosa misa con sabor a despedida que tuvo don Bosco en el altar dedicado a Mª Auxiliadora en la recién inaugurada Basílica del Sacro Cuore de Roma. Ocurrió meses antes de morir en Mayo de 1887. En ese momento D. Bosco hace una relectura entre lágrimas de la presencia de María a lo largo de su vida y en la misión salesiana. Pronuncia esa frase conocida: Ella lo ha hecho todo. Soy muy sensible a los momentos marianos de Don Bosco. Y eso distingue también mi forma de vivir mi vida salesiana. Mª Auxiliadora es muy importante para mí. Pienso que sin la presencia de María y su voluntad de acompañarnos en la misión salesiana no se entendería nada de la preocupación de Don Bosco por los jóvenes más pobres. Don Egidio Viganó, VII sucesor de Don Bosco dijo una frase que siempre tengo presente: “la vocación salesiana es inexplicable sin el concurso materno e ininterrumpido de la Virgen María”. Todas las mañanas junto con mi comunidad nos consagramos a Ella con una oración que comienza “Inmaculada Virgen Auxiliadora, madre de la Iglesia…
¿Qué supone para ti ser director del Boletín Salesiano?
Es una gran responsabilidad ya que es la revista de la Congregación Salesiana para toda España. El Boletín Salesiano se publica en 54 naciones. Depende directamente del Rector Mayor y tiene como destinatario toda la gran Familia Salesiana y amigos de Don Bosco. Para mí es una oportunidad la de ser Salesiano desde los medios de comunicación y en concreto desde la prensa escrita en papel y medios digitales. Aprendo todos los días y trato de adaptarme a esta nueva forma de ser Salesiano pisando el “patio de la comunicación”. La velocidad que han imprimido las nuevas tecnologías y las redes sociales hacen que me cuestione constantemente qué noticia, qué acontecimiento debe quedar subrayado en el Boletín Salesiano. ¿Qué quería conseguir Don Bosco con el Boletín Salesiano cuando lo creó en 1877? Dar a conocer y llevar adelante su misión de salvar a los jóvenes. Con el Boletín Salesiano Don Bosco quería unir a todos aquellos corazones de buena voluntad que quisieran conociendo la obra salesiana implicarse con él en la tarea educativa y evangelizadora. Así que actualizar esta misión, ayudar a formar a la persona que lea el BS, usar las redes, servir a la verdad en la velocidad de las noticias y del mundo, llegar a los jóvenes y transmitir entusiasmo salesiano y unidad a toda la Familia Salesiana…eso es impresionante y por eso estoy entusiasmado de tener esta nueva misión.
¿Cómo ves a los jóvenes respecto a la iglesia?
Hay una gran variedad de tipos de jóvenes. Veo en muchas personas de Iglesia un gran deseo de acercarse a ellos. Prueba de ello es nuestra Familia Salesiana. Aunque hay datos según investigaciones que muestran indiferencia, irrelevancia, intolerancia…lo cierto es que también nos encontramos con jóvenes vinculados a la Iglesia. Cuando he ido a Taizé (Francia), o vemos nuestros animadores de los centros juveniles o a los jóvenes que participan en diversas iniciativas de nuestros centros juveniles, o los miles de jóvenes de nuestras casas que vienen a la escuela nos encontramos con un fenómeno interesante que nos da esperanza. Los llamaría “jóvenes en búsqueda” más propio de los tiempos de incertidumbres que vivimos. Por eso la llamada del papa Francisco a salir de nuestros refugios no es otra cosa que aprovechar el momento presente para “repensar” una pastoral juvenil “en salida, en éxodo, en camino” para aprovechar cuánto de bueno hay. Se necesitan muchas personas creyentes, amigas, cercanas, cariñosas capaces de ponerse a su lado y caminar con ellos. A veces basta muy poco para que se avive las brasas donde creíamos que solamente había cenizas. Siempre estamos a tiempo de salir a su encuentro.
¿Qué crees que les diría Don Bosco a la Familia Salesiana actual?
Es una difícil pregunta…creo que le diría lo mismo que él escuchó en 1841 de su director espiritual, confesor y benefactor San José Cafasso: “Camina y mira a tu alrededor”. Esta expresión es una propuesta espiritual, un itinerario de discernimiento y de acercamiento a la realidad en sintonía con la exhortación del papa Francisco en “La Alegría del Evangelio”. ¿Cómo puede responder la Familia Salesiana local a la invitación “camina y mira a tu alrededor”? Este año de la Misericordia puede ser el momento para profundizar en nuestras reuniones un itinerario espiritual, en discernimiento que nos lleve por un lado a fortalecer nuestra vida interior y por otro lado a seguir caminando en búsqueda y cercanía de los jóvenes que más sufren y están sin esperanza.