Evangelio LC 17, 5-10
Narrador: En aquel tiempo, los apóstoles le pidieron al Señor:
Apóstol 1: Auméntanos la Fe.
Jesús: Si tuvierais Fe como un granito de mostaza, diríais a esa montaña:
«Arráncate de raíz y plántate en el mar”.
Y os obedecería.
Apóstol 2: Señor, tenemos Fe en ti, pero nos falta confiar de verdad en lo que nos dices.
Jesús: Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de vosotros le dice: En seguida, ven y ponte a la mesa?
Apóstol 1: Señor, eso no se hace con los que sirven en la casa.
Jesús: Tenéis razón. Le diríais: Prepárame de cenar, arrodíllate y sírveme mientras yo cómo y bebo, y después comerás y beberás tú.
Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: «Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer».
A Jesús debemos decirle muchas veces: ¡Auméntanos la Fe!, porque parece que en él no creemos mucho, ya que no compartimos, ni estamos atentos a ayudar a quien lo necesite, ni perdonamos, ni hacemos las paces, ni damos de lo nuestro sin esperar nada a cambio, ni amamos a los que nos insultan, ni defendemos a los indefensos del abuso de los grandes. ¿No veis cómo nos falta creer más en Jesús, para vivir como él nos dice? Por eso debemos decirle muchas veces: ¡Auméntanos la Fe!
Jesús,
Nos guías y acompañas, contigo no tememos nada.
Creemos en Ti, pero auméntanos la Fe.
Queremos agradecerte, Señor, el don de la Fe
Haz que, nuestra Fe y nuestra caridad crezcan cada día más
y así, podamos gozar desde ahora de tu amor
y de la alegría del cielo para siempre.