Muchas personas de nuestro alrededor sufren porqué a muchas otras personas les da igual lo que les pase y no les ayudan.
Esto también pasaba en tiempos de Jesús. Jesús les explicó una historia que les dejo pensativos: Un hombre rico vivía espléndidamente: comía, bebía, vestía y disfrutaba mucho. A su puerta, un mendigo llamado Lázaro, lleno de llagas y heridas, estaba muerto de hambre, y nadie le hacía caso. Se murieron los dos. Lázaro fue llevado al cielo, a la vida. El hombre rico fue al infierno. Ellos se quedaron separados como también lo habían estado mientras Vivian. Tenemos que hacer con los demás lo que nos gustaría que nos hicieran a nosotros y ayudarnos más entre nosotros.
Señor,
sabes que soy débil y que muchas veces me olvido de ti,
buscando la mejor excusa para hacer lo que más me gusta,
en mis planes, en mis gustos, en lo que yo quiero…
y me olvido de Ti y de los que lo pasan mal, necesitan cosas…
Ayúdame a no pensar tanto en mí y más en los demás
Vamos a jugar

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