Jesús no obliga a sus amigos a estar con Él. Quien quiera irse, que se vaya. Muchos han sido sus amigos y luego le dejaron solo porque Él no tiene nada que ver con el poder, la fama, el triunfo y el dinero, y Él tampoco puede dárselo a sus amigos. En este evangelio les dice a sus mejores amigos: “Vosotros, ¿queréis marcharos también?”. Y Pedro le contestó: ¿A dónde iremos? En ti hemos encontrado ilusión y vida. Y se quedaron con él.
Jesús, quiero seguirte día a día y servirte en los demás.
No quiero irme ni quedarme atrás, quiero caminar contigo.
Ayudar a mis amigos a que te conozcan,
Ayúdame a transformar mis deseos en una hermosa realidad.
Vamos a jugar

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