NARRADOR: En aquel tiempo, cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntarón.
NIÑO 1: Maestro, ¿cuándo has venido aquí?
JESÚS: En verdad, en verdad os digo: me buscáis no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a este lo ha sellado el Padre, Dios
NIÑO 2: Y, ¿qué tenemos que hacer para realizar las obras de Dios?
JESÚS: La obra de Dios es esta: que creáis en el que él ha enviado
NIÑO 1: ¿Y qué signo haces tú, para que veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Pan del cielo les dio a comer”
JESÚS: En verdad, en verdad os digo: no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo.
NIÑO 2: Señor, danos siempre de este pan.
JESÚS: Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás.
Que con tu palabra nos alimentas cada día
del pan de la vida para hacernos crecer en el amor.
Concédenos que tu mensaje lleve a nuestro corazón
para para que nosotros lo hagamos llegar a otros. Amén.