NARRADOR: En aquel tiempo, los judíos murmuraban de Jesús porque había dicho: «Yo soy el pan bajado del cielo».
JUDÍOS: ¿No es este Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?
NARRADOR: Jesús tomó la palabra y les dijo.
JESÚS: No critiquéis. Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré en el último día. Está escrito en los profetas: “Serán todos discípulos de Dios”.
JUDÍO 1: No te inventes nada, todos te conocemos…
JESÚS: Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre, a no ser el que está junto a Dios: ese ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree tiene vida eterna.
JUDÍO 2: ¿Nos quieres decir que el Padre te ha elegido a Ti? Demuéstranos que tú eres el que viene de Dios y no seas tan creído.
JESÚS: Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera.
JUDÍOS: ¿Acaso tú eres más que Moisés y que nuestros padres?
JESÚS: Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo.
pues me ayudas a saber que tengo hambre
del Pan verdadero que baja del Cielo.
Te pido que siempre busque saciar mi hambre y sed
de mi encuentro personal contigo.