NARRADOR: Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos; ¿queréis saber de qué hablaban?
DISCÍPULO 1: Oye, qué pasa con tanto secretito. Parecemos ratones escondidos, viviendo a oscuras, y encerrados todo el día.
DISCÍPULO 2: Mira el valiente. Sal tú el primero. Quizás vienen a por nosotros. Como Él es nuestro amigo.
DISCÍPULO 1: Sí, sí. Pues vaya amigos que se buscó. Aquí estamos todos escondidos.
NARRADOR: Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
JESÚS: ¡Paz a vosotros!
DISCÍPULO 1: ¿Eres el Maestro? ¿No nos dejarás solos?
NARRADOR: Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
JESÚS: Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo». Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».
estamos escondidos. Señor, danos tu Paz.
Queremos vivir como tú nos pides,
hemos dicho que somos seguidores tuyos.
Es seguirte sin importar cómo ni dónde…
Señor, queremos ser portadores de tu paz. Gracias por enviarnos