NARRADOR: Jesús llegó a Cafarnaún. El sábado Jesús iba acompañado de Pedro y otros discípulos, entró en la sinagoga. ¿Queréis saber qué pasó?
JUDIO: ¡Bienvenido, Jesús! ¿Quieres leer tú los libros sagrados? Nos gusta mucho escucharte.
NARRADOR: Estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como los escribas. Había precisamente en su sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo y se puso a gritar:
HOMBRE: ¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios
PEDRO: ¿Por qué hablas así a mi maestro?
NARRADOR: Jesús lo increpó:
JESÚS: No está hablando él, Pedro, es un espíritu inmundo el que habla por su boca. ¡Cállate y sal de él!
NARRADOR: El espíritu salió. Todos se preguntaron estupefactos: «¿Qué es esto? Una enseñanza nueva expuesta con autoridad. Incluso manda a los espíritus inmundos y lo obedecen». Su fama se extendió enseguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.
para que mis palabras sean verdaderas y sinceras.
Háblame
y que todo lo negativo que hay en mí salga y desaparezca de mi vida.
Háblame
para que medite y pregone tu Palabra.
Háblame, Señor,
para que donde esté, trabaje por Ti, hable de Ti, ayude a alguien por Ti.