NARRADOR: En aquel tiempo, dijo Jesús:
JESÚS: Yo soy el buen Pastor.
NIÑO 1: ¿Por qué hablaba de los pastores? ¿Qué quería decir?
JESÚS: El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas.
Niño 2: ¿Por qué siempre habla con ejemplos?
NARRADOR: Es para que se entienda mejor. Ya verás, lo vas a entender todo.
JESÚS: Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a esas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.
que cuida y protege su rebaño,
que no lo deja solo en lo difícil,
que lo acompaña siempre.
Tú eres el buen pastor,
que conoces nuestras esperanzas,
que nos muestras el camino,
que nos alientas en la marcha.
Haznos saborear
los pequeños pasos del día a día.
Ilumina nuestros horizontes.
Ayúdanos a abrir los brazos para acercar y unir.
Muéstranos el camino compartido,
enséñanos a caminar unidos,
Ayúdanos a ser de los buenos pastores,
los unos con los otros.