Fue una mujer, María Magdalena, la que puso en marcha a los discípulos de Jesús, para que cayeran en la cuenta de que su muerte no era algo definitivo, sino un paso hacia la PASCUA (para la vida). Juan y Pedro, avisados por María Magdalena, fueron corriendo al sepulcro, y al llegar y comprobar que Jesús no estaba, entendieron lo que les había dicho tantas veces: al tercer día resucitaré de entre los muertos. ¡Vivamos con alegría y paz porque el Señor ha resucitado!
Creo Señor…
que resucitado nos garantizas que eres el Señor, el Hijo de Dios,
el Cristo, el esperado, el Señor de todo lo creado.
Creo en Ti.
Vamos a jugar

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