Evangelio Jn14,1-12
DISCÍPULO 1: Maestro, tú no te irás nunca, ¿verdad? Tenemos miedo de quedarnos solos… Quédate siempre con nosotros.
JESÚS: No tengáis miedo. Confiad en Dios y también en mí.
DISCÍPULO 2: Pero… ¿dónde vas?
JESÚS: Voy a la casa de mi Padre.
DISCÍPULO 1: ¿Y la casa es muy grande? ¿Cabríamos todos?
JESÚS: Sí, amigos, es una casa muy grande; y yo voy a prepararos sitio. Además… vosotros ya sabéis el camino.
DISCIPULO 1: ¿Y cuál es el camino para ir a la casa del Padre?
JESÚS: Nadie va al Padre sino por mí.
DISCÍPULO 2: Nosotros no lo conocemos.
JESÚS: Quien me ha visto a mí ha visto al Padre.
DISCIPULO 1: Jesús, no te entendemos, pero… ¡Preséntanos al Padre y ya está!
JESÚS: Tanto tiempo como llevo con vosotros… ¿Todavía no me conoces, Felipe?
DISCÍPULO 2: Maestro, yo sí te conozco.
JESÚS: Pues quien me conoce a mí, también conoce al Padre. Creedme, yo estoy con el Padre y el Padre está conmigo.
DISCÍPULO 2: Yo te oigo hablar a ti y al Padre no.
JESÚS: El que me escucha a mí, escucha al Padre.
DISCÍPULO 1: Y las cosas buenas que haces, ¿las hace también el Padre?
JESÚS: ¡Claro que sí!
DISCÍPULO 2: Si hace lo mismo que tú… ¡El Padre es un tío guay!
JESÚS: ¿Os parecen bien las cosas que hago?
DISCÍPULO 1: Sí. Claro. Desde luego.
JESÚS: Pues vosotros podéis hacer todavía mejores cosas que yo.
DISCÍPULO 2: ¿Cómo?… ¿Sí?… ¿Cómo?…
JESÚS: En verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre
Jesús hoy se despide de sus apóstoles y les dice que va a prepararles un lugar, y que luego vendrá a recogerlos para llevarlos junto a él. Y les dijo: -Ya sabéis el camino para ir donde yo voy. Tomás le dice que no y Jesús le responde: Mira Tomás, mis enseñanzas son el camino, la verdad y la vida. Las conoces, ¿verdad? -Tomás asintió con la cabeza-. Pues ya sabes todo lo necesario.
Gracias,
Señor, porque Tú eres el camino, la verdad y la vida,
que nos conduces al amor del Padre,
gracias por todos los momentos de alegría y felicidad
que nos regalas en nuestras casas, en el colegio,
y más cuando te haces presente en medio de nosotros
por tu Palabra y por medio de la Eucaristía.
Por eso te damos gracias.