El salesiano José Miguel Burgui está pasando unos días en España, concretamente en Valencia, y por ello hemos aprovechado para acercarnos a la experiencia de este navarro (Ujué 1942) que presta servicio como guía de visitantes en las catacumbas de San Calixto en Roma. En esta entrevista profundizamos con Burgui más allá de los 12 metros en los que se adentra el visitante de este “dormitorio” cristiano de la Via Appia Antica. Recorremos sus vivencias en el tantas veces andado Camino de Santiago y compartimos sus impresiones sobre la unificación de la España salesiana.
Ha estado 27 veces en el Camino de Santiago desde 1984, ¿vuelve este año?
Este año no dispongo de tiempo y sí que lo siento, no en los pies sino en el corazón.
Mi último camino lo realicé con alicantinos en junio de 2013. Salvamos a un joven peregrino francés que se había escapado de su hogar.
¿No se cansa de volver?
Nunca me cansó ni fatigó la andadura hacia Santiago. Siempre me enriquecí con el silencio, la relajación, meditación, el ruido de la naturaleza y la rica revitalización y vivencia de valores. Sólo pueden hablar de ello aquellos que hicieron no menos de 800 kilómetros a pie.
Muchos visitantes de las catacumbas de San Calixto me vuelven a ver, ya que me conocieron en el Camino, y sienten alegría y recuerdan en Roma a Santiago.
¿Qué le sigue sorprendiendo de esta experiencia?
El esfuerzo físico y psíquico, la superación, el silencio, el compartir con muchas gentes, la oración, el recogimiento y huída de los ruidos de la ciudad cambiándolo por el ruido de la naturaleza (torrentes, pájaros, aire, hojas de los árboles movidas por el viento… la lluvia…) El palpitar del joven y viejo peregrino que sólo con la mirada te dice y narra en diversas lenguas todo lo que lleva dentro, su riqueza y sentir.
De todos estos años, ¿con cuál se queda?
Con ninguna y con todas. Son las fuertes, duras y maravillosas vivencias habidas con distintos peregrinos de toda edad, creencia, condición y religión. Aprendí mucho de ateos, agnósticos y cristianos. Nunca pregunté por su creencia, en la comunicación aparece.
Sea el motivo que sea por lo que uno hace el camino (deportivo, por el arte, de naturaleza, religioso, promesa, curiosidad…) estoy convencido que siempre y a cada uno, en un momento o en otro aparecerá su sentido, la flecha que le indique por dónde debe llegar no sólo a Santiago sino a su caminar por la vida.
¿Cómo ha vivido la unificación de la España salesiana desde las catacumbas de San Calixto en Roma?
Fui viviéndolo poco a poco. Un ejemplo: en los ejercicios espirituales de salesianos en Teruel, en julio de 2013, realicé una celebración por los salesianos que nos dejaron en Barcelona, Valencia y Sevilla sin que todavía estuvieran unificadas estas provincias.
Estando como estoy en un mundo abierto, con gentes de todas las nacionalidades y conduciendo y explicando a miles de peregrinos que vienen a las catacumbas (llevo más de 87.000 personas conducidas) de todos los rincones de España y de toda Latinoamérica, además de otros muchos países, viví la unión de norte, levante y sur e islas como un fenómeno normal para abrir nuevos senderos y nunca lo sentí como un horizonte cerrado y sin perspectiva.
Desde septiembre de 2009 presta servicio pastoral como guía de visitantes en las catacumbas, ¿cuál de las tantas historias con los que ilustra a sus visitantes le gustaría transmitir al rector Mayor si fuera su guía?
Se la he trasmitido ya sin haberle conducido. A pocos días de su elección, le remití un regalo desde las catacumbas por medio de su Vicario Francesco Cereda. ¿Cuál fue? Como si fueran bombones, en una caja dedicada, metí muchos peces dibujados en piedras, mejillones, conchas marinas… se trataba del primer símbolo cristiano: el Igzüs= Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador. La dedicatoria, en el exterior de la caja, era: Para don Ángel Fernández Artime, “pescador mayor de hombres” / “il migliore pescatore di uomini”
Su padre fue siempre pescador y su mamá vendía el pescado en una pescadería. Y ahora don Ángel, Rector Mayor, es pescador principal, jefe de pescadores, de ahí el regalo que le brindé.
¿Ha tenido ocasión de enseñar las catacumbas de San Calixto a algún personaje de mucha relevancia en este curso que ahora acaba?
He conducido a muchos obispos de diversas nacionalidades, personas muy conocedoras y que trabajaron con nuestro Papa Francisco en Buenos Aires.
Por ejemplo, fui guía de nueve obispos mexicanos, realicé el recorrido sólo con ellos. Les encantó, especialmente la explicación de la simbología primitiva cristiana: pez, ancla, pastor, PX, paloma, etc. Al final del recorrido, celebraban juntos la eucaristía en uno de los cubículos dispuesto para ello. Antes de despedirnos, el que llevaba la voz cantante me pidió si deseaba que me dieran la bendición. ¿Cómo no? Y los nueve obispos al mismo tiempo, inclinada un servidor la cabeza, me impartieron la bendición con las tres cruces (27 señales de la cruz)
Allí os incluí a todos: a cuantas personas he dirigido y dirigiré y a todos con los cuales me relaciono. Tú, lector, vosotros, también estabais incluidos.
Es un prolífico escritor. ¿Está trabajando o tiene en mente algún otro libro?
Sí y varios en borrador. Por ejemplo: 51 locuras para hacer-¡Comete una!; Leyendas del Camino Santiago; y Relatos y mensajes para amigos.
Los voy poniendo en mi blog (www.jmburgui.es), dado que el coste de imprenta es muy caro, a no ser que me los publicara una editorial.
Estos títulos se sumarán a los 18 ya publicados. Actualmente tengo cuatro sobre las catacumbas, siete de Roma, dos del Camino Santiago, tres de catequesis y dos directamente para jóvenes.