Por ANS
Queridísimo D. Giordano,
Con gran placer los compañeros y yo hemos recibido tus cartas, y las hemos leído en estos ejercicios espirituales. Estos escritos serán siempre gratos cuando los envíes. Tendrás seguramente no pocas dificultades al iniciar una misión tan extensa como la de San Pablo, ¿no es verdad?
Tú tienes por lo tanto que ocuparte para buscar compañeros y encontrar vocaciones. Me aseguran que estas son muy raras; por lo tanto si logras descubrir alguna, deberás hacer cualquier esfuerzo y cualquier gasto pecuniario que nos sea posible para lograrlo.
Aquí nosotros tenemos muchas, entretanto si pudieras enviarnos algunos cientos sería un placer, y nosotros intentaremos instruirlos y enviártelos nuevamente, de manera que puedan ayudarte en las misiones hasta el Mato Grosso.
En los próximos ejercicios o en otras ocasiones en las que podrás hablar a nuestros hermanos, les dirás que yo estoy informado que la mies es mucha y el número de operarios escaso, pero nosotros rezaremos y la ayuda de Dios no nos faltará para proveernos de todos aquellos que sean necesarios.
Estoy aquí en S. Benigno con 160 novicios que hacen sus ejercicios para emitir los votos. Los predicadores son el padre Francesia y el padre Lemoyne, que diversas veces me han hablado de ti y de tus compañeros.
Es el mismo número que la tanda anterior, si bien los ahora inscritos iniciarán la próxima semana su año regular de noviciado.
Adiós, mi siempre caro D. Giordano, sé cuidadoso con la santidad. El Señor te bendiga, bendiga a aquellos hermanos nuestros que trabajan duro y ganan muchas almas para el cielo. Saludos a todos de parte mía y les dirás a ellos que cada día en la Santa Misa rezo a Jesús y María para que nos ayuden a ganar muchas almas y a ser todos un día feliz en el tiempo y en la bienaventurada eternidad, Amén.
Todos nuestros hermanos te saludan y rezan por ti. Ustedes recen sin cesar por el Vuestro.
S. Benigno, 30 septiembre 1885.
Con cariño tu amigo en Jesucristo
Sac. GIO. BOSCO.