El Rector Mayor, don Ángel Fernández Artime, se reunió el 9 de septiembre, con el grupo de misioneros salesianos que forma parte de la 145° Expedición Misionera, quienes recibirán el envío el 28 de septiembre en la Basílica de María Auxiliadora de Turín. Fue un momento muy cercano y fraterno en el que tuvieron los 12 misioneros reunidos en la Casa Generalicia, acompañados por el consejero para las Misiones, Guillermo Basañes y por Joseph Anikuzhikattil y Alfred Maravilla, ambos del Dicasterio para las Misiones.
El Rector Mayor resaltó la importancia que tienen las misiones en la Congregación y cómo “nuestra referencia siempre será el Evangelio, las Constituciones y Reglamentos (…) debemos tener la mirada siempre puesta en los orígenes, en Don Bosco, en los primeros salesianos, en los primeros Rectores Mayores y en los Primeros Misioneros, ya que siempre, desde sus inicios hemos sido una Congregación Misionera”.
Resaltó además, “vosotros sois un grupo de salesianos que ha sentido una llamada especial a ir al encuentro de los otros, esto toca las raíces salesianas; y creemos que en los próximos años el Señor seguirá llamando a muchos otros hermanos a la misión ‘ad gentes’”.
Por otro lado, enfatizó un elemento central sobre el cómo entender el rol que cumplirán en la Misión: “No sois enviados a las diferentes inspectorías solo para dar un poco de aire, de fuerza y de apoyo; no vais con la intención de resolver un problema de una inspectoría, sino que sois enviados para el anuncio del Evangelio entre los jóvenes, y entre los más necesitados; y cuando llega un hermano a una comunidad llega para enriquecer con su conocimiento, su cultura y su vocación”.
Les recordó algunos de los cuidados que deben tener en sus lugares de destino, “cuidad vuestra vida, vuestra persona, vuestra vocación y vuestra mente; no es solo una experiencia para vosotros, es una forma de vivir vuestra vocación salesiana”.
Finalmente hubo tiempo para un intercambio de preguntas, en el que hablaron sobre los temores de los jóvenes misioneros y sobre los aspectos centrales del Capítulo General 27. El Rector Mayor al respecto, se centró en tres ideas fundamentales: La necesidad de una experiencia de Fe profunda, la cual les ayudará a llevar adelante esta experiencia de su vocación misionera. La capacidad de hacer y crear comunidad allí donde llegan, para hacerla irresistible. La pasión apostólica que les impulsa a ir al encuentro de los más pobres, que se traduce en generosidad y disponibilidad.
Frente a este último punto reiteró: “Hoy decir ‘Salesianos’ significa estar en medio de los más pobres y necesitados de la sociedad; no debe ser solo un eslogan, sino que debe ser una realidad (…) Debe ser la pasión misionera que cada salesiano tiene para ir al encuentro de los jóvenes; por tanto necesitamos una Congregación más cercana a ellos, a la gente, a la sociedad; esto será garantía de continuidad del carisma y de la misión”.