"¡Acoged a los jóvenes con alegría, como hacía Don Bosco" ha sido la exhortación dirigida por el Papa Francisco a las Capitulares, a las que recibió el sábado 8 de noviembre, a las 11:15, en la Sala Clementina del Edificio Apostólico en el Vaticano, con ocasión del 23° Capítulo General sobre el tema "Ser hoy con los jóvenes casa que evangeliza". Un regalo verdaderamente extraordinario para nuestro Instituto, en la persona de las participantes en el CG XXIII.
Un cálido y prolongado aplauso acogió al Pontífice a su entrada en la Sala y al momento se creó un clima de sencillez y cordialidad. La Madre general, M. Yvonne Reungoat le dirigió al Papa un cordial saludo, dándole las gracias por su cercanía al Instituto, manifestada con gestos de gran delicadeza. Subrayó después: “No podemos imaginar horizontes de futuro para nuestra Familia religiosa sin los jóvenes, especialmente los más pobres, en sus interrogantes, a menudo no expresados, leemos la necesidad de sentirse en casa, o sea de tener puntos de referencia afectivos, sociales y de pertenencia, y de poder compartir valores y gestos evangélicos. Los jóvenes son el lugar en el que Dios nos habla, nos encuentra, nos transforma y nos envía, los protagonistas en la obra de la nueva evangelización y, en cierta manera, también nuestros maestros. En efecto, ellos nos transmiten el arte de esperar, la expectación paciente, la alegría de encontrarse y compartir la fraternidad, el deseo de una fe auténtica que se haga concreta en la vida, la necesidad de una vida sencilla centrada en lo esencial."
El Papa Francisco, con su habitual estilo llano y familiar, dirigió la palabra a las Capitulares, recordándoles los orígenes del carisma salesiano e invitándolas ante todo a "salir", a "ponerse" en camino hacia tantas periferias, con una atención preferencial a los pobres. Después continuó: "Sed en todos los lugares testimonio profético y presencia educativa, a través de una acogida incondicional a los jóvenes, afrontando el reto de la interculturalidad y descubriendo caminos que hagan eficaces vuestras intervenciones apostólicas en un contexto – el juvenil – inmerso en el mundo virtual y en las nuevas tecnologías, especialmente las digitales."
El Papa Francisco también les exhortó a estar siempre "en contacto con las alegrías, las expectativas y los sufrimientos de la gente", a no olvidar la tierra argentina de la Patagonia y a contribuir con entusiasmo "en el ámbito de la educación y la escuela, de la catequesis y de la formación de los jóvenes" a la misión: "Sed para todos misioneras de esperanza y de alegría, dando testimonio de los valores propios de vuestra identidad salesiana, especialmente la categoría del encuentro, aspecto fundamental de vuestro carisma: un manantial siempre fresco y vital del que podéis sacar aquel amor que revitaliza la pasión por Dios y por los jóvenes. Que las inevitables dificultades, que se encuentran en el camino, no ralenticen el entusiasmo de vuestra acción apostólica."
Como conclusión, el Papa Francisco recordó cuánto estima la Iglesia la vida consagrada que está "en el corazón mismo de la Comunidad y es elemento decisivo para su misión."
La extraordinaria experiencia de la mañana, vivida en un clima de fraternidad universal, fue una gran riqueza que renueva el entusiasmo para los próximos trabajos de la Asamblea y para el post-capítulo.
Disponible el texto íntegro del Discurso del Santo Padre aquí