En Las Palmas el fútbol es una religión. Y los jugadores son sus sacerdotes. Arrastra masas, moviliza multitudes, enciende ánimos y mueve dinero como en pocos lugares.
Sabedores de esta realidad, los responsables del Centro Juvenil Confeti, de la casa salesiana grancanaria, llevaban tiempo gestionando una visita a las instalaciones que la Unión Deportiva Las Palmas tiene en Barranco Seco, y un encuentro con los jugadores del primer equipo de la isla al término de uno de sus entrenamientos.
La idea se hizo realidad el pasado sábado, 8 de abril. Y con ella la ilusión de un numeroso grupo de muchachos que asisten regularmente a los grupos de fe y a las actividades de tiempo libre del Centro Juvenil. Acompañados por sus animadores, pudieron fotografiar a sus ídolos amarillos y obtener cuantos recuerdos quisieron, pues –a decir verdad– los jugadores sacaron sus mejores galas y su sonrisa más amable cada vez que un chico les pedía una foto o un autógrafo.
La prensa local e incluso la televisión autonómica se hicieron eco de la visita de los jóvenes de la casa salesiana al noticiar sobre la jornada del equipo canarión y los preparativos de su enfrentamiento liguero.