El rector mayor de los Salesianos, Ángel Fernández Artime, desde hace un año elegido a la dirección de la orden fundada por san Juan Bosco, recordó que las cosas cambiaron desde que nació el fundador hace 200 años, del escribir con pluma a Facebook, pero por lo que se refiere al carisma tiene una actualidad muy grande y la razón es simple: jóvenes siempre hay. Y mientras seamos fieles al carisma, celebraremos los 200 años y otros celebrarán los 300, porque jóvenes siempre los hay. A continuación compartimos esta parte de la entrevista concedida a ZENIT.
¿Los salesianos se caracterizan como una orden en salida iniciando por el propio Don Bosco?
— Fernández Artime: Nos estamos siempre espoleando para decir: no basta esperar para que vengan a casa. Se ve más que en Europa en otros mundos, en Africa, Asia, América Latina, en donde recorrer los barrios es el punto de partida para encontrarse por ejemplo con los muchachos que están por la calle. Hoy también en Europa, por ejemplo tu antes has nombrado la inmigración en Génova. En Sicilia, tenemos alguna presencia muy linda con inmigrantes, con menores. Siempre hay en cada presencia un salesiano que tiene este puntito especial. No todos tenemos la misma fuerza carismática. Hay personas a las que por su carácter es difícil pedirle que salgan así a los barrios, pero los hay. Y es muy importante, es la Iglesia en salida. Y estas grandes intuiciones y mensajes que el Papa da, acaban calando y nos pone en otra disposición en la Iglesia católica. Después, claro, haremos lo que podamos.
Hay algo del carisma de don Bosco que cambia en un mundo que cambia?
— Fernández Artime: Mira, en la manera de hacer muchas cosas de Don Bosco a hoy hay un mundo inmenso. Don Bosco escribía a pluma, hoy hay Facebook, internet, Twitter. Eso no es comparable. Pero Don Bosco tuvo las mejores imprentas. Y hoy estaría en estos medios sin dudarlo y estoy convencido que nos quedamos muy cortos. Pero por lo que se refiere al carisma tiene una actualidad muy grande y la razón es esta: jóvenes siempre hay. Entonces, como les digo a mis hermanos salesianos, en la medida que seamos auténticos como Don Bosco, que recibió del Espíritu e intentó plasmar, en esa medida tendremos congregación salesiana. Lo del número depende mucho de los movimientos sociales, culturales: ahora disminuye Europa, aumenta Asía y África, se mantiene América. No hay profetas para esto, pero aún así nosotros somos una congregación muy serena en este punto. Con todas las dificultades de todo gran organismo, de todo gran cuerpo. Pero mientas seamos fieles al carisma, celebraremos los 200 años y otros celebrarán los 300, porque jóvenes siempre los hay.
¿Y ese carisma hoy se conserva?
— Fernández Artime: En lo que va del año he visitado 17 naciones, y hasta el final del 2015 serán 23 países. O sea que uno va viendo todos los continentes. Es increíble ver como la cercanía de Don Bosco entra. A Don Bosco no le han conocido sino a través de quienes hablamos de él. Pero es increíble ese toque de opción preferencial por los pobres. En ese sentido diría que la congregación está muy viva. Si alguien no nos quiere bien y piensa que nos preparamos para morir, hay que decirle que está muy equivocado. Nosotros en la Iglesia estamos haciendo nuestra partecita. Considero que el carisma de Don Bosco conserva enteramente su frescura.
¿Cómo se armonizan entre ustedes y en los países en que se encuentran?
— Fernández Artime: Son tiempos de humildad, tenemos al mayor exponente que es el Papa, que es todo un testimonio de sencillez; son tiempos para vivir en comunión, para ayudarnos mutuamente. Debo decir que hay una sintonía de comunión eclesial en donde nos encontramos. Estamos en 132 países, hay una sintonía con otros religiosos y religiosas muy buenas. En la reunión de superiores generales que nos reunimos una vez al año aquí, unos 108 superiores generales, en este caso masculinos, hay una sintonía, una cordialidad, para marcar algunas líneas juntos, son tiempos nuevos.
¿Algún desafío particular?
— Fernández Artime: El gran desafío siempre, ya lo tuvo san Pablo, es la evangelización. Es el de cómo hacer presente hoy, en un mundo tan tremendamente cambiante, al Señor Jesús. Hablamos en estas reuniones del Consejo, por ejemplo, de países en los que había un profundo hermetismo y prohibición, en un año cambia el Gobierno y entra toda la comunicación social, los tablet, la informática, no hay mente que pueda digerir esto. De no tener nada a estar invadido. Y esto hace muy desafiante la evangelización. Hay una proliferación de sectas y sub-sectas, y minúsculos grupos. Tantos encuentran un motivo para envolverse, y esto es un desafío muy grande.
El otro gran desafío es el de transmitir de verdad un testimonio evangélico como Iglesia. El Papa nos invita a ser testigos, y a ser Iglesia humilde, sencilla, pobre. En la medida que eso brille con luz propia lo otro viene. Pero el desafío está ciertamente.
Ahora se celebran los 200 años del nacimiento de Don Bosco, ¿qué significa esto para ustedes?
— Fernández Artime: La gran consigna ha sido, el bicentenario no es un año para hacernos grandes, potentes, o para sacar pecho. Que sea un año de celebración, una vuelta a las raíces. Y si hay que hacer una obra por Don Bosco en cada una de las provincias, en cada uno de los países, que sea preferencial por los pobres. Hemos empezado algunas cositas en este estilo. Así, el próximo año iré a celebrar la fiesta de Don Bosco en Sierra Leona. Este 31 de enero hemos comenzado dos orfanatos, o sea dos residencias para unos 200 muchachitos que han perdido sus padres con el ébola. Convertimos en 15 días a dos escuelas cerradas en dos casas para muchachos, que lo serán por varios años. Bendijimos por Skype esa presencia. Allí hay quince salesianos que me han dicho, de aquí no nos vamos.