El domingo 23 de febrero, en el Salesianum de Roma, finalizaron las jornadas de trabajo centradas en la formación, la comunicación de los salesianos y en el estudio y proyección a futuro de las Editoriales Salesianas, con la participación de 22 miembros de la Consulta Mundial para la Comunicación, representantes de las siete Regiones Salesianas del mundo, docentes universitarios y expertos en varios campos de las empresas de comunicación.
Desde el inicio del encuentro ambos temas, formación permanente a la CS y las editoriales, fueron vistos como complementarios en función de la única misión salesiana. La representatividad regional y cultural, la combinación de juventud y madurez, de docencia y de experiencia específica en ambos campos ha dado buenos frutos.
En el campo editorial se ha señalado con fuerza que para que estas empresas cumplan su objetivo educativo pastoral, y afronten con éxito los diversos desafíos que continuamente se vienen presentando, deben estar claramente integradas en el Proyecto Orgánico y en el Directorio Inspectorial, con los mismos derechos y deberes de todas las obras que llevan a cabo la misión salesiana, con la ventaja de que las editoriales superan los límites locales, como ya señalaba Don Bosco en 1885, cuando escribió su Circular sobre los Buenos Libros.
En el campo de la formación se ha partido de la certeza de que ésta, desde que inicia, se vive en la conciencia de que es permanente. Por tal motivo, el documento actualizado en vistas a su aplicación, está dirigido a las mismas personas y organismos a quienes se entrega la RATIO como apoyo a su crecimiento vocacional: a todos los salesianos, en modo particular a los Inspectores y a su Consejos, a los Delegados y a las Comisiones Inspectoriales de formación y de comunicación, a los formadores y formandos, y a todos aquellos que tiene encargos en la formación de los salesianos y de los laicos que comparten nuestro espíritu y nuestra misión.
Los dos documentos emanados del encuentro de la Consulta seguirán en proceso de estudio y profundización por parte de los Dicasterios para la Formación y la Comunicación y del Economato General, respectivamente, antes de su aplicación en las diversas etapas de formación y en las editoriales y la Congregación.