Dos grandes salesianos, sacerdotes y misioneros, que han pasado su larga vida como testigos del Evangelio, incluso en condiciones difíciles, y fueron llamados a la presencia del Señor el 6 de noviembre: Andrés Sapelak, obispo emérito de la Heptarquía ucraniana en Argentina, que falleció a la edad de 97 años; y Gaetano Nicosia, pionero de las misiones salesianas en China, que murió a la edad de 102 años.
Mons. Sapelak nació el 13 de diciembre de 1919 en Ryshkova Volia, hoy Polonia. Fue uno de los primeros muchachos ucranianos enviados a Italia para convertirse en Salesiano y regresar a la patria como fundadores del Carisma Salesiano en Ucrania. Después de completar sus estudios en Turín, fue ordenado sacerdote el 29 de junio de 1949. En 1951 fue nombrado director del seminario ucraniano menor, primero en Francia y luego en Italia.
Posteriormente, fue ordenado obispo el 15 de octubre de 1961 en la Basílica de San Pedro en Roma y fue nombrado administrador apostólico para los fieles de rito bizantino-ucraniano en Argentina, cargo que ocupó durante 36 años, hasta 1997. A partir de 2001 regresó a Ucrania, en Verhniodniprovsk, donde colaboró ??con la fundación de la comunidad salesiana en el país, iniciando una pequeña parroquia y un oratorio. Autor de numerosas publicaciones en ucraniano y español, participó en el Concilio Vaticano II.
El padre Nicosia nació el 3 de abril de 1915 en San Giovanni La Punta, Inspectoría de Catania, Italia. El 11 de noviembre de 1935, cuando aún emitía su primera Profesión Salesiana, comenzó su misión en Hong Kong y Macao. En 1958 vino a Ka Ho, Macao, para tratar pacientes con la enfermedad de Hansen (lepra). Gracias al uso de la medicina occidental y la dedicación incansable, los pacientes comenzaron a recibir atención médica y la enfermedad finalmente desapareció de la aldea.
El P. Nicosia también ayudó a muchos de estos enfermos a superar el estigma que los golpeaba y los reinsertaba en la sociedad. Entre los muchos trabajos se cuenta la construcción de una escuela y un hospital para discapacitados en Macao.
Fue un gran misionero por más de 80 años, dedicando su vida a la catequesis, orientando el objetivo de vivir el “Da mihi animas” de Don Bosco. El padre Nicosia falleció rodeado por una docena de Salesianos e Hijas de María Auxiliadora que rezaban alrededor de su cama, después de haber recibido la bendición del Inspector Salesiano de la China, Lanfranco Fedrigotti, y del Obispo Emérito de Hong Kong, el Cardenal Salesiano Joseph Zen Ze Kiun.
Se realizó, el año 2015 un documental: “El padre Gaetano Nicosia, el ángel de los leprosos”.