Por Xarxanet
La Federación de Centros Juveniles Don Bosco de Cataluña fue una de las entidades que participó en la confección de la guía SOS Campamentos sobre sostenibilidad y responsabilidad con el medio para el asociacionismo educativo. En este artículo se entrevista a Fernando Gimeno, su presidente.
Utilizar el transporte público, el uso detergentes y jabones biodegradables, reutilizar y reparar materiales, comprar en comercios de proximidad, consumir productos frescos y sin embalajes, priorizar un terreno de acampada con desagüe, letrinas y recogida de basuras, recoger el aceite por separado o hacer revisión del impacto una vez terminada la actividad. Estos son algunos de los consejos que recoge la guía SOS Campamentos, sobre sostenibilidad y responsabilidad con el medio para el asociacionismo educativo, con el objetivo de hacer los campamentos más sostenibles.
La guía, publicada en 2018, sigue muy vigente por la importancia de la educación ambiental en las actividades de tiempo libre. Está dirigida a entidades de asociacionismo educativo, tales como «caus» y centros juveniles, pero también a cualquier entidad juvenil que organice acampadas con sus miembros, o personas jóvenes que acampen en su tiempo libre.
En su confección participaron el Consell de la Joventut de Barcelona, Enginyeria Sense Fronteres, el Centre de Recursos per a les Associacions Juvenils de Barcelona, Esplac o la Federación de Centros Juveniles Don Bosco de Catalunña. Hablamos con una de las personas que participó, el presidente de la Federación de Centros Juveniles Don Bosco de Cataluña, Fernando Gimeno, sobre cómo hacer más sostenibles los campamentos y la importancia de la educación ambiental y las acciones encaminadas a minimizar el impacto ambiental en la naturaleza.
¿Cómo de importante es educar en valores ambientales en las actividades de tiempo libre?
Muchos de nuestros monitores y monitoras que forman parte de nuestros centros juveniles, quieren serlo porque han sido niños y niñas que han participado en estas actividades. Por este motivo, la mejor opción que tenemos para educar en el tiempo libre es desde el ejemplo. Por lo tanto, cuando hacemos un campamento debemos ser un ejemplo en todo, y eso incluye también cuidar el medio ambiente. Es una fuente primaria y muy importante de concienciación, tanto de los niños como de los jóvenes, de lo que tenemos y de lo que debemos cuidar.
Cuando hablamos de hacer más sostenibles los campamentos y de educar con valores ambientales, debemos tener una visión más amplia y no sólo ser responsables de lo que hacemos nosotros, sino que tenemos que intentar dejar el espacio donde hemos convivido mejor de como lo hemos encontrado. Tampoco hay que olvidar que, durante todo el año, debemos hacer cualquier actividad con esta mirada ambiental y no hacerlo sólo los días que estamos de campamentos en verano.
¿Son sostenibles los campamentos?
Personalmente creo que los campamentos son muy sostenibles. Siempre se puede mejorar, pero se está haciendo bien. De hecho, la guía SOS Campamentos no dice nada nuevo, pone en orden las ideas de lo que normalmente ya vamos haciendo todos y todas cuando hacemos unos campamentos. Deja constancia de cómo hacer las cosas.
Háblanos de la guía.
Nació para echar una mano en aspectos medioambientales. No da todas las soluciones, porque es un problema muy complejo, pero sí intenta establecer unos criterios principales a tener en cuenta. Tuvo una buena acogida entre las federaciones y entidades de ocio.
¿Cuáles son los consejos más destacados para realizar los campamentos más sostenibles?
Algo importante es hacer una revisión del impacto medioambiental, que normalmente se mide en kg de CO₂. Al final, todo el resto de consejos van dirigidos a intentar minimizar la huella de carbono que generamos a la hora de hacer cualquier actividad de nuestro día a día. Evidentemente, en unos campamentos una huella cero no existe, y eso lo tenemos que tener claro, pero sí podemos elegir las acciones que menos huella dejen.
Creo que el impacto también debe ver más allá de la actividad, en los días previos. Se tiende mucho a ir a grandes almacenes, a comprar, transportar cosas desde lejos, con transportes privados, y todo ello incrementa el coste medioambiental, a pesar de que el coste de nuestras acciones en los campamentos sea bajo.
También se debe tener en cuenta la gestión del agua.
En verano hay un boom de población en comarcas de Cataluña donde hacemos los campamentos, y donde normalmente no hay tanta población. Las estaciones de depuración de aguas no están preparadas para este volumen de personas, y no son igual de potentes de las que tenemos en las grandes ciudades. Por lo tanto tenemos que hacer el mínimo impacto en este sentido.
Personalmente, el tema de las letrinas, los lixiviados, y la gestión del agua, para mí es una de las claves para intentar reducir la huella ecológica. Pero nuestras acciones también deben ir encaminadas a otros aspectos, como por ejemplo hacer gasto en los pueblos que nos están acogiendo.
¿Cómo reciben los niños y niñas el actuar desde una mirada ambiental?
Realmente los niños lo ven como algo natural, están acostumbrados a hacerlo. Ven desde pequeños que hemos trabajado así. Y la verdad es que nunca me he encontrado ningún niño o niña, en ningún campamento de los muchos que he hecho, utilizando vasos desechables o que no venga con fiambrera o cantimplora. Parece una tontería, pero detalles así de pequeños reducen mucho el impacto medioambiental.
Lo que aprenden en los campamentos, lo trasladan también a la casa.
Quiero pensar que sí, si no el trabajo que hacemos no es bueno. Y no sólo en este aspecto, hay muchos otros aspectos en los que educamos y que nos gustaría dejar huella en niños y jóvenes. Evidentemente el tema medioambiental está muy de moda, porque es una de las grandes problemáticas del mundo, y hay que hacer cambios importantes.
¿Hay margen para hacer más sostenibles los campamentos?
Sí, siempre hay mejoras que se pueden hacer. Todo lo que sea reducir en lugar de reutilizar, por ejemplo. Al final hay que hacer un balance entre no utilizar nada y que los campamentos sean viables.
Debemos tener claro que el tiempo libre está haciendo mucho por el medio ambiente, y especialmente en los campamentos. Se está en una buena línea y se está educando bien en este aspecto, pero esto debe ser algo global de toda la sociedad. Nosotros podemos hacer mucho en el cuidado del medio ambiente, pero si no cambian otras cosas será complicado. Puedo decidir ir en transporte público eléctrico, pero hay partes de Cataluña que no llegará, y tendré que acabar cogiendo un autobús, u otros medios de transporte que contaminan más.
¿Cómo se presentan las actividades de tiempo libre este verano?
La palabra adecuada creo que es esperanza. El año pasado fue el verano del inicio de todo, pudimos ser la primera línea donde los niños se pudieron reencontrar con los otros niños, y este verano hemos de volver a estar allí, debemos apostar por hacer las actividades tal como las hacíamos antes de la pandemia, pero siendo conscientes de todo lo que estamos viviendo y siguiendo todos los protocolos.
La intención es recuperar el verano.
El verano pasado se dejaron de hacer actividades por miedo y este año debe ser el año de volver a esta normalidad y recuperar actividades. Como el año pasado, este verano vuelve a ser trascendente. Para muchos niños será su única opción de salir y eso lo tenemos que tener claro. Debemos hacer una apuesta para reencontrarnos en la naturaleza después de un año que tampoco ha podido ser normal al cien por cien.