Cuba: Entrevista al misionero Manel Morancho

13 marzo 2015

Callado y sonriente, así ha llegado a los cubanos. Al conocerlo, muchos le preguntan si es pariente cercano del famoso técnico de la selección española Vicente del Bosque, y él contesta: “Pues, no”, y las risas siempre invaden el lugar. Esta pequeña charla nos acerca a una vida sencilla, grandes sueños, una historia…

 
Manel Morancho, natural de Montañana (Huesca), al pie de los Pirineos y cerquita de Francia, partió de misionero a Cuba en octubre de 2012. En el aeropuerto lo despidieron un grupo de jóvenes de la obra salesiana de Badalona. Dos experiencias muy enriquecedoras de voluntariado con jóvenes de Barcelona en los veranos de 2006 y 2011 en Bolivia y Ecuador, le permitieron descubrir su vocación misionera. En estos dos años y medio ha trabajado en las obra de Santa Clara y la Habana, dedicándose  al trabajo de una parroquia, primero en Santa Clara, en la parroquia de Nuestra Señora del Carmen y ahora en La Habana, en la parroquia de san Juan Bosco. Un trabajo que antes no había hecho ya que en las obras en Barcelona, siempre se había dedicado a las escuelas. 
 
¿Cómo vives el día a día con los jóvenes en Cuba?
Estando presente en la parroquia desde primera hora de la mañana, porque siempre hay personas y muchas veces jóvenes que pasan por la parroquia para rezar, hablar contigo, preparar alguna actividad, etc. Soy el responsable del Oratorio y del Centro Juvenil y también de la Pastoral Juvenil de toda la isla de Cuba. Ello me permite conocer a muchos jóvenes de nuestras obras en Cuba, a la hora de programar y organizar actividades generales como convivencias de jóvenes, juveniles y adolescentes, ejercicios espirituales para jóvenes que hacemos cada año, etc. El joven animador siempre pide la presencia de un salesiano y la verdad es que te quieren muchísimo y cuentan contigo en todo momento.
 
¿Qué echas más de menos de España?
Bueno, en realidad aquí tengo de todo y estoy muy bien, pero en especial la familia, tantas personas que he dejado y a las que me une una gran amistad, la lengua, las costumbres, la forma de trabajar a la que ya estás acostumbrado, aquí no hay tantos medios ni tantas posibilidades como las que tenía en España, pero te acostumbras a todo.
 
¿Por qué te hiciste salesiano? 
En casa se vivía la fe con mucha profundidad, cada uno a su manera, sin grandes teorías y con mucho realismo. Todos los domingos íbamos a misa. El sacerdote del pueblo era una persona muy seria y exigente, y la verdad, que se nos hacía un poco lejana. No había demasiada confianza. Esta es la gran diferencia que encontré cuando conocí a los salesianos por primera vez en el año 1965.
 
En los dos primeros años de Bachillerato, en el colegio salesiano de Tremp, descubrí mi vocación. Los salesianos eran muy diferentes del cura de mi pueblo. Entonces les manifesté que a mí me gustaría dedicarme a los demás como hacían ellos.
 

Personalidades que más han influido en tu vida
En primer lugar mis padres y la familia en general, Jesús, Madre Teresa de Calcuta, Don Bosco y los muchos salesianos que he conocido y me han ayudado.
 
Pasión
Los adolescentes y jóvenes, entre ellos me encuentro muy bien acompañándoles, intentando que sean cada día mejores personas.
 
Frase bíblica preferida: “El espíritu del Señor está sobre mí, ya que Él me ha ungido para llevar la Buena Noticia a los pobres.” (Lc 4, 18).

 
Acontinuación podéis ver dos vídeos elaborados en el proyecto Missioners.cat. Resumen de entrevista y entrevista completa a Manel Morancho
 

 

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