El viernes 30 de julio de 2021 concluyó en El Vaticano, después de seis semanas de duración, la aventura del campamento “Verano para los jóvenes”, una segunda edición, tras la celebrada el verano pasado. Una iniciativa propuesta por el propio papa Francisco, centró sus contenidos al tema de la ecología, siguiendo las reflexiones propuestas por el folleto “Eres de los nuestros”, de la Editorial salesiana italiana, Elledici.
También este año la iniciativa se llevó a cabo en ambientes no destinados a actividades educativas y lúdicas para jóvenes, sino transformando lugares como el Aula “Pablo VI”, destinada a las audiencias papales, lo que resultó ser una maravillosa solución que favoreció un clima excepcional de interacción y educación.
Este año el programa desarrollado por la comunidad salesiana, coordinadora de la iniciativa, junto con las asociaciones “Todos en una fiesta” y “Play It”, ha desarrollado actividades que han potenciado aún más los inmensos recursos y posibilidades que están presentes en El Vaticano.
El respeto a la naturaleza
El tema de la ecología llevó a los jóvenes participantes a explorar los Jardines del Vaticano varias veces. Además casi todas las semanas, grupos divididos por edades, plantaron una encina como símbolo de su compromiso con el respeto a la naturaleza. También se han realizado numerosas visitas culturales dentro de algunas partes de los extraordinarios Museos Vaticanos.
“La simpatía que rodeaba a estos pequeños exploradores, por parte del personal y de la policía era visible a cada paso: después de meses de encierro debido a las restricciones impuestas por la pandemia, la iniciativa –realizada cumpliéndose todos los protocolos de seguridad– dio un signo de esperanza y ganas de reiniciar”, comentó el padre Franco Fontana, capellán de la Gendarmería Pontificia y Director de la comunidad salesiana en el Vaticano.
Finalmente, fueron inolvidables los momentos de celebración vividos juntos, desde la oración diaria hasta las confesiones y misas por grupos de edad, momentos bien preparados y en los que los niños participaron mucho. La culminación de este itinerario se vivió frente al altar de la Cátedra en la Basílica de San Pedro.
“La breve oración de agradecimiento de los animadores y niños por la hermosa experiencia vivida, favorecida por el recogimiento que naturalmente se impone en un lugar que respira universalidad, la hicimos no solo en nuestro nombre, sino también en el de todos los niños y niñas del mundo que, como nosotros, han vivido la misma experiencia. Don Bosco, muy cera de nosotros, sonreía complacido… ”, concluyó el padre Fontana.