“Con los refugiados. Nosotros estamos del lado de quienes se ven obligados a huir”

21 junio 2016

Tratando de incluir en la sociedad y ofrecer oportunidades a los que se han visto obligados a abandonar su país debido a la persecución y la guerra: con este espíritu, los salesianos hacen propio el lema del Día Mundial del Refugiado, promovido por las Naciones Unidas, que se celebró ayer, 20 junio: "Con los refugiados. Nosotros estamos de lado de quienes se ven obligados a huir".

Según el último informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) el número de personas que han huido de la guerra, de la persecución y de la violencia en el mundo alcanzó 65,3 millones a finales de 2015: 21,3 millones refugiados en el extranjero, 3,2 millones de personas han buscado asilo y 40.8 millones han sido desplazados dentro de su propio país. Alrededor de la mitad son niños.
 
"Los refugiados son personas comunes, pero la guerra les ha quitado el hogar, el trabajo, sus parientes, y amigos. Sus historias y sus caras son un llamado para renovar nuestro compromiso de construir la paz en la justicia. Por todos estos motivos queremos estar con ellos: conocerlos, darles la bienvenida, escucharlos, para que juntos nos “convertirnos en artesanos de la paz de acuerdo con la voluntad de Dios", dijo el Papa Francisco el domingo 19 de junio, después del Ángelus.
 
Encontrarlos, recibirlos y ofrecerles una oportunidad en nombre de Don Bosco, es lo que están haciendo muchas personas al lado de los salesianos en el mundo. Lo hacen en situaciones de emergencia, como ocurrió en el pasado en la República Democrática del Congo, Costa de Marfil y la República Centroafricana, donde los salesianos han abierto las puertas para recibir a miles de personas que huyen desesperados de la guerra y del hambre.
 
Lo hacen en las zonas de guerra como la Siria, entre las bombas y morteros; y en el Líbano, donde se llegan y buscan refugio; lo hacen en Estambul, Turquía, donde desde hace 20 años se ofrece educación a los refugiados en el Oriente Medio; y Kenia, en el mega-campamento de refugiados en Kakuma; también de manera generalizada en Italia, España, Austria, Portugal, Alemania, Canadá … y en muchos otros países, donde las comunidades dan la bienvenida a algunas familia e incluso docenas de jóvenes y niños refugiados, buscando su integración social y laboral.
 
Cumplen su labor en todo el mundo, recordando las palabras de Jesús: "Era forastero y me acogisteis" (Mt 25,35).

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