El 10 de abril en El Campello (Alicante), echó a andar el Curso de Renovación Salesiana dirigido a hermanos salesianos en torno a las bodas de oro de profesión. Se trata de una iniciativa de las delegaciones de Formación de las dos inspectorías de España “María Auxiliadora” y “Santiago el Mayor”, que desean ofrecer una experiencia de formación para hermanos salesianos mayores de 65 años con el objetivo de renovar su vocación salesiana.
Un total de 22 salesianos, sacerdotes y coadjutores procedentes de España, Chile, Perú y Cuba, vivirán hasta el 10 de mayo, este tiempo de gracia en los años de madurez, para renovarse y enriquecerse en la “pasión apostólica” de su amplia y rica historia salesiana.
En todo momento acompañarán a los participantes, los coordinadores del curso, Alejandro Guevara y José Antonio Hernández, una plantilla de 12 docentes compuesta por: Mateo del Blanco, Xabier Azkoitia, Juan Peris, Jordi Latorre, José Miguel Núñez, Jesús Rojano, Juan Carlos Pérez, Koldo Gutiérrez, Leonardo Sánchez, Mª Teresa Castells, Jose Antonio Hernández y Alejandro Guevara. Este grupo será el encargado de transmitir una actualización religiosa y apostólica, apoyada en la psicología de su edad, buscando respuestas a las exigencias concretas de la propia vocación humana, cristiana, religiosa y salesiana hoy y con sus circunstancias para integrarlo en sus respectivos lugares de apostolado. Algunos de los temas a tratar serán ‘Dando vida a los años’, ‘Palabra de Dios y Lectio Divina’, ‘Pastoral Juvenil a mis años’ y ‘Comunicación Social y Salesiana’, entre otros.
Además el curso cuenta con la colaboración del salesiano Rosendo Alabau quien les guiará en su peregrinación a Turín y Valdocco, tras las huellas de Don Bosco, visitando los lugares donde él vivió y se entregó en bien de los jóvenes, los días 21 al 27 de abril. Será una oportunidad para renovar la profesión religiosa a los pies de María Auxiliadora y San Juan Bosco.
Según explica Alejandro Guevara, “el primer día ya se palpaba la experiencia acumulada, las ganas de aprovechar esta oportunidad, el deseo de renovar la vocación salesiana. Ya desde el primer momento los hermanos se han entregado con generosidad y va a resultar una experiencia estupenda para sus vidas, las de sus comunidades y los jóvenes y destinatarios a los sirven”.
Por otro lado para los coordinadores del curso fue ante todo una sorpresa, cuando a finales del mes de noviembre los inspectores pidieron este servicio. “Después la sorpresa se ha trasformado en servicio, y ahora se está convirtiendo en gozo y agradecimiento a Dios y a los hermanos” añaden.
Los participantes, disfrutarán, en este lugar privilegiado, de un ambiente propicio para la revisión de la propia realidad, vivida con otros hermanos en similares circunstancias. Será también un tiempo de ‘descanso fecundo’ y serena reflexión y oración para seguir, salesianamente ilusionados, la vida personal y apostólica.