Nos muestra, a través de 30 imágenes, las consecuencias causadas por la terrible epidemia que azotó Sierra Leona, Liberia y Guinea Conakry desde 2013 y donde siguieron produciéndose casos y cuarentenas hasta finales del año pasado.
Sierra Leona se puede considerar el paradigma de lo que supone el brote del ébola más grande de la historia para un país, para una población, más allá de la propia enfermedad y de la devastación mortal que ha causado en África Occidental durante 2014 y 2015, con miles de muertes.
Las consecuencias post-ébola son igualmente terribles y han conseguido sumir al país entero en un retroceso de varias décadas. Agencias internacionales y ONG, como Misiones Salesianas que patrocina esta exposición, tratan de paliar no sólo la enfermedad sino también estas graves secuelas. Pero la lucha es complicada.
La exposición, fue inaugurada el viernes 22 de abril y pretende mostrar la realidad actual y las consecuencias sociales de la enfermedad ahora que ya se está controlando la epidemia.
Los supervivientes han quedado marcados por un estigma. Los testimonios explican cómo regresar a casa es un suplicio, cómo casi nadie quiere hacerse cargo de los niños huérfanos o cómo el personal sanitario y los enterradores son rechazados por amigos y vecinos. Es la hora de plantearse que no todo acaba con el último paciente y que el virus puede volver a rebrotar en cualquier momento en el futuro, como en los recientes casos de Liberia, un país que ya se había declarado libre de la enfermedad. Hay que estar preparados para contenerlo pero también para afrontar lo que viene después. Los países a los que afecta son Estados débiles, con muchas carencias y su equilibrio es fácil de romper.
Con la muestra fotográfica se pretende informar y sensibilizar a la población y a la vez llenar el vacío informativo que existe sobre esta cuestión en los medios de comunicación, que tras los titulares de la propia epidemia parecen haber olvidado la gravedad y el daño que perdura en la población afectada.