Por La Voz de Córdoba | Javier Espejo Ramírez
Córdoba, a lo largo de su devenir histórico, ha destacado por el culto al Arcángel custodio de la ciudad, San Rafael, siendo objeto de numerosas dedicaciones tanto litúrgicas, como arquitectónicas, pictóricas y escultóricas, reflejando la trascendencia de una devoción que hunde sus raíces en pleno siglo XIII, cuando Córdoba fue azotada cruelmente por la epidemia de peste.
Fue en este mismo contexto cuando, tal y como ponen de manifiesto las propias fuentes, se apareció al padre Simón de Sousa, comunicándole el deseo de que el obispo de la ciudad colocase una imagen de San Rafael encima de una torre, coincidiendo los historiadores que se trataría de la de la Catedral, naciendo una fuerte devoción por la figura del Arcángel quien cesaría con la epidemia que asolaba Córdoba en ese momento.
Este 24 de octubre de 2021, día en el que se celebra la fiesta de San Rafael, se bendijo en el Santuario de María Auxiliadora de Córdoba una obra atribuida al autor Alonso Gómez de Sandoval propia del contexto de la segunda mitad del XVIII.
Todo esto parece indicar tratarse de una talla propia, a usanza de los muchos que presidían los oratorios o capillas de gran parte de las casas nobiliarias cordobesas formando parte de su colección privada y que en algún momento pudo ser cedida a la Congregación Salesiana en sus inicios en la ciudad de Córdoba, a la que contribuyeron algunas familias adineradas a principios del siglo XX. La talla por tanto reúne unas características que la convierten en prototipo de la iconografía cordobesa de San Rafael, habiendo sido restaurada por el escultor-imaginero Sebastián Montes, reconstruyendo algunas de las pérdidas de la imagen que permiten la óptima comprensión de su iconografía.