A la ceremonia, además de las casi 200 capitulares, presididas por la Madre General, Madre Yvonne Reungoat, participaron también el cardenal João Braz de Aviz, Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, y el Rector Mayor, Don Ángel Fernández Artime, acompañado por algunos miembros del Consejo General.
Don Ángel Fernández tomó parte en las actividades de la jornada desde primeras horas de la mañana, presidiendo la Eucaristía matutina para las FMA. La ceremonia de apertura tuvo lugar a las diez de la mañana, con el desfile da banderas y la sucesiva invocación al Espíritu Santo. Posteriormente tuvieron lugar los discursos oficiales, por parte de Madre Reungoat, del Cardinal Braz de Aviz y de D. Ángel Fernández.
En su saludo, el Rector Mayor se alegró por la puesta en marcha del Capítulo de las Hermanas, que llega en un momento histórico, dentro del Año Bicentenario del nacimiento de Don Bosco, y a las puertas del año dedicado a la Vida Consagrada. También expresó la seguridad de que el Capítulo renovará el celo apostólico de las FMA, y que, siguiendo la invitación del Papa y el carisma del Instituto, todo ello conducirá a un nuevo lanzamiento hacia “las periferias geográficas y existenciales de la misión confiada a las Hijas de María Auxiliadora, con una mirada preferencial para los pobres, para los últimos.”
Después, subrayando la semejanza entre las realidades de la Congregación Salesiana y la de las FMA, D, Ángel puso de relieve uno de los temas fundamentales del Capítulo General 27 de los Salesianos, el de la fraternidad, a la base de “cualquier intento de querer ser realmente ’casa que evangeliza’, de cualquier intento duradero de opción por los jóvenes”. Terminó invitando a las Capitulares a dejarse guiar por el Espíritu Santo y asegurando el apoyo de la oración, de la suya personal y de toda la Familia Salesiana.
Después de la lectura de los mensajes de los representantes de los distintos grupos de la Familia Salesiana, se pronunció la fórmula de apertura del Capítulo General XXIII y se cerró la ceremonia con un canto a María, ejecutado por las novicias de las FMA.
