Adentrándome en la Patagonia salesiana

16 septiembre 2016

Desde Barcelona, después de un largo viaje, de doce horas y cuarenta minutos, tranquilo y monótono, llego a la ciudad porteña de Buenos Aires, en Argentina, son las tres y media de la madrugada.

En el aeropuerto de Ezeiza me esperaba Juan Carlos De Pablo (español de La Rioja) que lleva muchos años en Argentina. Actualmente es consejero inspectorial y director de la comunidad de teólogos de San Justo, ciudad cercana a Buenos Aires. Los teólogos son trece de las dos inspectorías argentinas. Una con sede en Buenos Aires capital y la otra en la ciudad de Córdoba.
 
Primera mañana con largo tiempo de sueño para recuperar la noche de viaje y los cambios de horarios, “acá” vamos cinco horas de retraso respecto al horario español. A media mañana me acompaña Juan Carlos a dar una vuelta por el “predio” que comprende: la casa de los teólogos, una gran parroquia, con “lindo” templo al Sagrado Corazón, innumerables campos de deporte y edificios múltiples, antiguos y nuevos para el Oratorio festivo del barrio, Centro de jóvenes e instalaciones para los grupos de exploradores, lo que en España diríamos los “scouts” y algunos campos de cultivo.
 
Por la tarde, a las cuatro, voy con Juan Carlos al gran complejo de Ramos Mejías, enorme extensión de unas seis hectáreas en la ciudad de Buenos Aires, donde frecuentó durante un año como interno en primaria el Papa Francisco.
 
Abarca todo el ciclo escolar, unos 2.130 alumnos, desde el jardín de infancia hasta el Secundario, con edificios antiguos y nuevos completamente independientes y separados por extensos y cuidados terrenos de césped y de deportes. En medio del predio la gran Iglesia parroquial, (autentica catedral), antes “capilla” de la escuela y actualmente parroquia cedida al clero diocesano.
 
Allí concelebro en la celebración de las “primeras comuniones” de 23 niños y niñas alumnos y alumnas de la escuela salesiana. Hay que tener en cuenta que acá, estamos en invierno, vamos hacia la primavera y que el curso escolar finaliza en diciembre.
 
Por la noche acompaño en un minibús al ecónomo del teologado, que lleva unos 20 “animadores” de los grupos juveniles de los Oratorios de la ciudad, a una sesión de convivencia y de formación en Luján.
 
Aprovechamos para visitar (por fuera), fachada y plaza dl magnífico, enorme y bien cuidado Santuario de Lujan, perla y tesoro de la devoción popular en Argentina. Hace bastante frío y en un bar cercano nos recalentamos con una buena cerveza y otras pequeñitas cositas…
 
El domingo por la mañana concelebré en una de las capillas de barrio de la extensa  parroquia del Sagrado Corazón de San Justo y luego fuimos a Buenos Aires a la Escuela, (1.200 alumnos) con Oratorio, Centro de jóvenes y la Parroquia de San Juan Evangelista, la primera parroquia salesiana en el mundo, que autorizó Don Bosco, para la incipiente congregación. Se encuentra  en el popular, denso y modesto barrio de “La Boca”
 
Desde la terraza de la casa de la comunidad, en el último piso, y que se accede por un estrecho, oscuro y frágil ascensor de otra época, divisamos la “bombonera” el famoso estadio del equipo del barrio conocido y  reconocido mundialmente: El Boca Junior.
 
Después de la sabrosa pasta, mucha influencia italiana en el país y en la congregación, visitamos el típico barrio ahora turístico y en otro tiempo de los primeros emigrantes italianos “El caminito”, originales casitas de madera, de múltiples y variados colores que se llaman “los conventillos”, dónde todavía viven hoy algunas familias, pero sobretodo convertidas ahora en bares y salas de espectáculo del famoso “tango” argentino.
 
En otro tiempo eran casitas muy precarias para los emigrantes que desembarcaban en el estuario que se encuentra  enfrente del barrio.
 
A pesar de la fina lluvia y penetrante frío invernal, tuvimos  humor y fuerza para ir a visitar la Plaza de Mayo, (en dónde se reúnen regularmente, todas las semanas, las famosas “abuelas” en protesta por los desparecidos en diferentes épocas de la dictadura). Visitamos del exterior, el Palacio gubernamental,  otros edificios públicos de renombre y sobretodo entramos en la Catedral de Buenos Aires. Allí se encuentra en una capilla lateral la famosa Virgen de “desata nudos” frecuentada por muchos y constantes devotos que piden ayuda a María para ”desatar” los diferentes nudos problemáticos de sus vidas.
 
En una gran sala lateral de la catedral se encuentra un museo con todos los recuerdos y pertenencias del antiguo Cardenal de Buenos Aires y hoy Papa Francisco.
 
Regresamos a la sede inspectorial, donde permaneceré un día encerrado en casa y en la habitación de D. Ángel Fernández Artime, (cuando era el inspector de acá). Los miembros del Consejo inspectorial estarán reunidos en la casa durante cinco días tratando los diferentes asuntos de la provincia y preparando las “obediencias” de final de curso para diciembre.
 
La mía ya está decidida, mañana parto para Viedma de Patagonia a unos 1000 kilómetros al sur de Buenos Aires, junto a la desembocadura del al Río Negro y enfrente de la ciudad de Carmen de Patagones. Ya os contaré las primeras impresiones en la próxima, donde mis sueños misioneros se transformarán en imágenes concretas de obras y sobre todo de personas.
 

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