Cuando Jesús fue a la región de Tiro y Sidón, una mujer cananea le pidió que curase a su hija porque estaba mala. Pero Jesús al principio no le hizo caso, ella insistió y Jesús le dijo: – «No está bien que te ayude a ti en vez de hacerlo a los de mi pueblo». y ella le contestó: -¿Pero no podrías darme algo de lo que les sobra a los de tu pueblo? Y Jesús la felicitó por su fe y curó a su hija.
Gracias, Señor,
porque al igual que la mujer cananea busco ayuda en Ti,
también gracias porque siempre cuando buscamos ayuda
ahí estás para tendernos la mano,
por todos los momentos de tristeza,
en los que tú siempre nos consuelas,
por todos los regalos que nos haces,
la vida, el amor de nuestras familias, por los amigos.
Por eso te damos gracias, Señor.
Vamos a jugar

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