Evangelio Jn 10,1-10
DISCÍPULO 1: Maestro, ¿te parece bueno el rey Herodes?
DISCÍPULO 2: ¡Qué tonterías se te ocurren! El rey Herodes mandó matar a Juan el Bautista, ¿cómo va a ser bueno?
DISCÍPULO 1: Entonces… ¿cómo tiene que ser un jefe para considerarle bueno?
JESÚS: Tiene que ser como un buen pastor.
DISCÍPULO 2: ¿Un pastor?
JESÚS: Eso he dicho, un pastor. Pero quizá esos amigos fariseos también quieren escuchar lo que os voy a contar.
DISCÍPULO 1: No te fíes de ellos, Maestro, esos sí que son malos. Hemos oído algo de un pastor. ¿Podemos saber de qué pastor se trata?
JESÚS: Hablaba de los buenos pastores.
DISCÍPULO 2: ¿Qué hace un buen pastor?
JESÚS: Un buen pastor entra por la puerta a cuidar sus ovejas.
DISCÍPULO 1: Claro, por la ventana entran los ladrones.
JESÚS: Las ovejas conocen la voz del buen pastor, y él las llama por su nombre.
DISCÍPULO 2: Los ladrones no saben el nombre de las ovejas, ni les interesa, sólo quieren robarlas.
JESÚS: El buen pastor saca a pastar a sus ovejas… y va delante de ellas. Y las ovejas le siguen porque conocen su voz.
DISCÍPULO 1: ¿Y a qué viene todo ese rollo de ovejas y pastores?
JESÚS: Un buen jefe tiene que ser pastor y puerta de sus ovejas.
DISCÍPULO 2: ¿Pastor, puerta? ¡No entiendo nada!
JESÚS: Os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas.
DISCÍPULO 1: Y todos los que han venido antes que tú… ¿qué son?
JESÚS: Son ladrones y bandidos.
DISCÍPULO 2: ¿Sí? ¿Todos? ¿Seguro?
JESÚS: Pero las ovejas no les escucharon.
DISCÍPULO 1: Entonces… ¿Tú eres la puerta?
JESÚS: Y quien entre por mí, se salvará. Y podrá entrar y salir, claro.
DISCÍPULO 2: ¿Y encontrará pastos?
JESÚS: Pues claro. ¿Para qué entra un ladrón en el establo?
DISCÍPULO 1: Para robar y para matar.
JESÚS: Yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante.
Jesús es el Buen Pastor porque conoce a sus ovejas, que somos nosotros, y da su vida por nosotros. Todos los que seguimos a Jesús tenemos que interesarnos por sus ovejas, o sea, por nuestros hermanos y amigos, aunque nos cueste ayudarles cuando nos necesiten.
Señor,
gracias por los momentos en los que nos acompañas,
en los que nos guías, aun en medio de las dificultades
y problemas sabemos que Tú estás en medio de nosotros
y por eso te damos gracias.
Gracias, Señor, gracias, Señor.