Propuesta de Lectio Divina personal (o en grupo)
I Domingo de Cuaresma Ciclo A (Mt 4,1-11)
ORACIÓN
Envía sobre nosotros, Señor, tu Espíritu Santo:
que disponga nuestro corazón para escuchar tu Palabra;
que nos conceda encontrarte en ella;
y que haga que esta Palabra se convierta en vida en nuestras personas.
(B) PASOS PARA LA MEDITACIÓN
- LEE…
¿Qué dice el texto?
Atiende a todos los detalles posibles. Imagina la escena. Destaca todos los elementos que llaman la atención o te son muy significativos. Disfruta de la lectura atenta. Toma nota de todo lo que adviertas. Para la comprensión del texto te pueden servir los comentarios que te ofrecemos a continuación.
Texto (Mt 4,1-11)
En aquel tiempo, Jesús fue conducido al desierto por el Espíritu para ser tentado por el demonio. Y después de ayunar cuarenta días y cuarenta noches, al final tuvo hambre. Entonces se le acercó el tentador y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes». Jesús le respondió: «Está escrito: “No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios”». Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en la parte más alta el templo y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: “Mandará a sus ángeles que te cuiden y te tomarán en sus manos, para que no tropiece con las piedras tu pie”». Jesús le contestó: «También está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios ”».Luego lo llevó el diablo a una montaña muy alta y mostrándole la grandeza de todos los reinos del mundo le dijo: «Todo esto te daré si te postras y me adoras”. Jesús le replicó: «Retírate, Satanás, porque está escrito: “Adorarás al Señor, tu Dios, sólo a él darás culto”». Entonces lo dejó el diablo, y se acercaron los ángeles y le servían.
Comentarios:
El pasaje de las tentaciones es mucho más breve en Marcos que en Mateo y Lucas. La semejanza de estos dos últimos hace pensar que ambos lo recibieron de una fuente común, en la que aquel recuerdo breve (Mc 1,12-13) había sido ampliado con un diálogo entre Jesús y Satanás, a base de citas y referencias al Antiguo Testamento.
El relato de Mateo está muy elaborado literaria y teológicamente. Su principal interés es subrayar la obediencia de Jesús como Hijo a la voluntad de Dios, y el contraste entre el fracaso de Israel en su camino por el desierto y la victoria de Jesús. Esta elaboración tan cuidada del relato hace pensar que Mateo ha querido condensar en él las pruebas que acompañaron a Jesús a lo largo de toda su vida, y que seguían acechando a la iglesia: la alternativa entre el poder y la gloria por un lado, y la obediencia humilde a la voluntad del Padre por otro. Jesús escuchó la invitación a acreditarse por medio de signos portentosos (Mt 12,38; 16,1), y a abandonar el camino de la cruz (Mt 16, 21-22), pero a lo largo de toda su vida dejó bien clara su condición de Hijo de Dios, obediente al Padre. Los primeros cristianos experimentaron también la tentación del poder y la gloria, pero también ellos optaron por el modelo de los que sólo viven para hacer la voluntad del Padre (Mt 5, 3-12; 6, 25-34).
Los cristianos de todas las épocas pueden ver reflejada su propia experiencia en este relato. La introducción nos sitúa en el contexto adecuado: el Espíritu de Dios es quien guía a Jesús; le lleva al desierto, que en el Antiguo Testamento es el lugar donde el pueblo de Israel experimentó la prueba y la asistencia de Dios; allí pasa Jesús cuarenta días y cuarenta noches, que recuerdan a Moisés (Ex 34:28) y a Elías (2 Re,19-8), y resumen los cuarenta años que duró el camino de Israel por el desierto. Las tres tentaciones son en realidad una sola, pues la pretensión continua de Satanás es hacer renegar a Jesús de su vocación como Hijo obediente de Dios.
En el bautismo (Mt 3,13-17) la voz del cielo había declarado solemnemente que Jesús es el Hijo, y que lo es según el modelo del siervo sufriente: ahora las palabras insidiosas del tentador ponen en tela de juicio esta afirmación y la vocación de Jesús, pidiéndole que se doblegue ante el poder y la gloria, y que utilice su condición de Hijo para someter a Dios. Venciendo la prueba Jesús aparece como el auténtico Israel. Las tres “tentaciones” recuerdan los momentos de prueba en el camino de Israel por el desierto: la petición del pan (Ex 16), el culto a los ídolos (Ex 32). Las respuestas de Jesús, con tres citas tomadas del libro del Deuteronomio (Dt 8:3; 6:16 y 6,13-15) se sitúan en el mismo contexto. Jesús ha salido victorioso de la prueba a la que sucumbió Israel, por eso puede convocar al nuevo pueblo de Dios.
- MEDITA…
¿Qué me dice Dios a través del texto? Atiende a tu interior. A las mociones (movimientos) y emociones que sientes. ¿Algún aspecto te parece dirigido por Dios a tu persona, a tu situación, a alguna de tus dimensiones?
Sugerencias:
“El Espíritu nos lleva con Jesús al desierto, lugar de la prueba, de purificación y de transformación.”
“Desierto experiencia de amor. “La llevaré al desierto y le hablaré al corazón (Os. 2, 16)”
- “Me ayudas a reconocer las tentaciones”
- “Confío en Ti”
- CONTEMPLA Y REZA…
¿Qué le dices a Dios gracias a este texto? ¿Qué te mueve a decirle? ¿Peticiones, alabanza, acción de gracias, perdón, ayuda, entusiasmo, compromiso? Habla con Dios…
Sugerencias:
Señor,
amigo que alientas mí vida, a Ti quiero yo adorar.
Ayúdame, Señor, a no esconder mi rostro cuando
Alguien me pregunta que me va a mí todo lo tuyo.
Y porque quiero, Señor, vivir de tu palabra,
“No me dejes caer en la tentación”
- ACTÚA…
¿A qué te compromete el texto? ¿Qué ha movido la oración en tu interior? ¿Qué enseñanza encuentras? ¿Cómo hacer efectiva esa enseñanza?
- COMPARTE…
Si la Lectio se hace en grupo, podéis compartir con sencillez lo que cada uno ha descubierto, para enriquecimiento del grupo.
- DA GRACIAS…
Puedes acabar este momento con una oración: expresa a Dios lo que has vivido, dale gracias por lo que te ha manifestado, y pide al Espíritu que te haga pasar de la Palabra a la vida.
Ven, Espíritu Santo,
ilumina mi corazón para que pueda entender la Palabra,
conocer más a Jesús
y hacer que en mi vida camine con criterios evangélicos.
Fuente Oración: Evangelio al dia 2019 Ed. CCS