Hace tres días, un violento terremoto de 7,2 en la escala de Richter sacudió Haití. Con un saldo provisional hasta el momento de más de 1400 muertos y miles de heridos y desaparecidos. Los hospitales han recibido a más de 5.700 heridos y ahora están casi completamente saturados. Un hecho gravísimo, que recordó con tristeza el desastre de 2010, cuando Haití fue devastado por otro brutal terremoto que causó 200.000 víctimas y miles de desplazados.
En el sur del país
El peor daño de este nuevo movimiento telúrico se registró en el sur del país, desde donde llegan las primeras noticias de los salesianos que viven y trabajan en esta zona.
En ninguna de las obras salesianas hubo heridos y todos los edificios, salvo pequeños derrumbes de los muros circundantes, parecen estar a salvo.
Solo una institución, perteneciente a las Hijas de María Auxiliadora, ha sufrido daños sustanciales. Especialmente en las aulas y el auditorio, pero incluso en este caso no hay víctimas ni heridos.
Apoyo de los Salesianos
Mientras el balance de la situación se agrava hora tras hora y crece el miedo por la llegada de una tormenta tropical, los salesianos ya se movilizan para garantizar el máximo apoyo a la población afectada.
De hecho, ya han visitado a las familias del barrio en el que trabajan, documentando los daños sufridos. “No se ha movilizado una recaudación de fondos – explican los Salesianos de Haití – si bien en otros países pueda haber quienes quieran donar y saber lo que están haciendo los Salesianos”, prosiguen, invitando a quienes quieran hacer su propia aportación.
Mientras tanto, las numerosas personas desplazadas, que han perdido sus hogares a causa del terremoto, son hospedadas en las obras salesianas y otros edificios religiosos del país.
Oración del Papa Francisco
Un desastre el de Haití, que también llamó la atención del Papa Francisco, que el pasado día 15, después de rezar el Ángelus, recordó a las personas afectadas por el terremoto y lanzó un fuerte llamamiento a la comunidad internacional pidiendo que participe activamente.
«Deseo expresar mi cercanía a esos queridos pueblos -dijo el Papa Francisco-golpeados duramente por el terremoto. Al elevar al Señor mi oración por las víctimas, dirijo mi palabra de aliento a los sobrevivientes, esperando que el interés de la comunidad internacional se mueva hacia ellos: la solidaridad de todos pueda paliar las consecuencias de la tragedia. Recemos juntos a Nuestra Señora por Haití”.