Propuesta de Lectio Divina personal (o en grupo)
XXIX Domingo de tiempo Ordinario Ciclo C (Lc 18, 1-8)
ORACIÓN
Envía sobre nosotros, Señor, tu Espíritu Santo:
que disponga nuestro corazón para escuchar tu Palabra;
que nos conceda encontrarte en ella;
y que haga que esta Palabra se convierta en vida en nuestras personas.
(B) PASOS PARA LA MEDITACIÓN
- LEE…
¿Qué dice el texto?
Atiende a todos los detalles posibles. Imagina la escena. Destaca todos los elementos que llaman la atención o te son muy significativos. Disfruta de la lectura atenta. Toma nota de todo lo que adviertas. Para la comprensión del texto te pueden servir los comentarios que te ofrecemos a continuación.
Texto (Lc 18, 1-8)
En aquel tiempo, Jesús decía a sus discípulos una parábola para enseñarles que es necesario orar siempre, sin desfallecer. «Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres. En aquella ciudad había una viuda que solía ir a decirle: “Hazme justicia frente a mi adversario”. Por algún tiempo se estuvo negando, pero después se dijo a sí mismo: “Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está molestando, le voy a hacer justicia, no sea que siga viniendo a cada momento a importunarme”». Y el Señor añadió: «Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que claman ante él día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?».
Comentarios:
Tras el encabezamiento introductorio (v. 1), el evangelio tiene dos partes principales:
a)La parábola que presenta los personajes del juez y la viuda, y la actuación del juez (vv. 2-5);
- b) la aplicación de Jesús, la enseñanza que extrae de ella (vv. 6-8). Como en el caso del amigo insistente (Lc 11,5-10), Jesús contrapone el ejemplo de un personaje negativo que finalmente acaba obrando bien con Dios Padre. Compone, así, un argumento a fortiori: si un humano (y malvado) acaba accediendo al ruego de otro, cuánto más (y más rápidamente) lo hará quien es infinitamente mejor que los humanos, Dios nuestro Padre. Oración (v. 1) y fe (v. 8) se entrelazan en una actitud permanente de diálogo y encuentro con Dios, de confianza en él y de entrega a su voluntad.
- MEDITA…
¿Qué me dice Dios a través del texto? Atiende a tu interior. A las mociones (movimientos) y emociones que sientes. ¿Algún aspecto te parece dirigido por Dios a tu persona, a tu situación, a alguna de tus dimensiones?
Sugerencias:
La oración está íntimamente unida a tu vida
La esperanza no está reñida con el compromiso
- ”Enséñame a Orar”
- “Creo en ti”
- CONTEMPLA Y REZA…
¿Qué le dices a Dios gracias a este texto? ¿Qué te mueve a decirle? ¿Peticiones, alabanza, acción de gracias, perdón, ayuda, entusiasmo, compromiso? Habla con Dios…
Sugerencias:
Señor,
Abre mis labios para que pronuncie palabras
de alabanza por las cosas buenas que
encuentro cada día en mi camino.
Señor, alivia el cansancio que hace nido en mi vida.
Muéstrame tu rostro para que orando descubra tu cercanía.
- ACTÚA…
¿A qué te compromete el texto? ¿Qué ha movido la oración en tu interior? ¿Qué enseñanza encuentras? ¿Cómo hacer efectiva esa enseñanza?
- COMPARTE…
Si la Lectio se hace en grupo, podéis compartir con sencillez lo que cada uno ha descubierto, para enriquecimiento del grupo.
- DA GRACIAS…
Puedes acabar este momento con una oración: expresa a Dios lo que has vivido, dale gracias por lo que te ha manifestado, y pide al Espíritu que te haga pasar de la Palabra a la vida.
Ven, Espíritu Santo,
ilumina mi corazón para que pueda entender la Palabra,
conocer más a Jesús
y hacer que en mi vida camine con criterios evangélicos.
Oración: Evangelio al dia (Editorial CCS)