Evangelio Jn 13, 31-33a.34-35
Jesús: Judas, lo que has de hacer, hazlo pronto.
Discípulo 1: ¿Dónde va Judas? ¿Falta alguna cosa para la cena?.
Jesús: Judas y yo sabemos a dónde va. Los demás debéis escuchar con atención lo que voy a deciros.
Discípulo 2: Habla, Maestro, que te escuchamos.
Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él.
Discípulo 1: Si Dios ha sido glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo.
Jesús: Y lo glorificará pronto. Hijos míos, me queda poco, muy poco para estar junto a vosotros.
Discípulo 2: ¡No!, ¡No puede ser! ¡Tú no te irás nunca!
Jesús: Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado.
Discípulo 1: Maestro, ¿qué señal nos darás para que los demás sepan que somos tus discípulos?
Discípulo 2: Sí, sí, ¿cómo podrán reconocernos?
Jesús: La señal por la que conocerán que sois discípulos míos, será que os améis unos a otros.
Hoy sólo un telegrama. Algo muy corto. Breve. Inolvidable. Lo más importante que dijo Jesús: QUE OS AMÉIS UNOS A OTROS COMO YO OS HE AMADO. ¡Practicadlo!
Señor,
queremos darte gracias por los padres,
amigos, monitores y profesores,
que nos enseñan a convivir,
a comportarnos y querer.
Ayúdanos a amar como nos quieren
a nosotros.