Por Salesianos Comunicación.
En 1881, el sacerdote salesiano Juan Cagliero, posteriormente consagrado obispo y cardenal, llegó a Málaga, procedente de Utrera, para conocer la ciudad y ver las posibilidades de que los salesianos se establecieran en ella. Esta primera visita le dejaría una grata impresión: “esta es la casa más parecida a Valdocco”, escribiría a D. Bosco.
Sin embargo, no será hasta el 7 de septiembre de 1984, cuando la presencia salesiana en Málaga se convierta en definitiva ubicándose en el Oratorio de San Enrique, en el barrio de la Cruz Verde. Corren los años finales del siglo XIX, ciertamente duros para Málaga: regresión económica, miseria, analfabetismo y convulsión social son la tónica reinante.
En marzo de 1897, los salesianos se hacen cargo de una institución antigua en Málaga, el Asilo de San Bartolomé, fundada en 1871 por el beneficiario de la catedral, Eduardo Domínguez Ávila y situado en el barrio de Capuchinos, actual ubicación.
Los nuevos inquilinos pronto le imprimirán su propio estilo educativo y pedagógico, convirtiéndolo en el Colegio Salesiano San Bartolomé. Su primer director fue Epifanio Salvatore Fumagalli. Se desarrollaban estudios primarios, alfabetización de jóvenes obreros, clases nocturnas, talleres de alpargatería, tahona, sastrería, imprenta, zapatería fina y tornería.
Entre los puntos de un pequeño manifiesto en la primera “Memoria escolar” del Asilo de San Bartolomé (4 de noviembre de 1905), queda recogido lo siguiente: “3º.- El objetivo de la Institución ya conocido: acoger a los niños huérfanos y abandonados. También a los pertenecientes a familias de clase media y obrera. A todos se les proporcionaban, junto con la educación cristiana, la subsistencia en el ejercicio de un arte u oficio, o preparación de una carrera” (D. Antonio Josephidis, en Cien años de presencia salesiana en Málaga 1894-1994, p. 106)
El 30 de junio de 1907, el obispo de Málaga, Mons. Juan Muñoz Herrera, coronaba canónicamente la imagen de María Auxiliadora, la primera de España y la cuarta del mundo.
Tras la guerra civil, los salesianos reemprenden rápidamente las labores de reconstrucción para reparar los daños sufridos, imprimiendo al Colegio ese espíritu que lo impulsó a renacer de las cenizas: nuevos pabellones, nueva iglesia y talleres actualizados a las nuevas necesidades educativas y laborales, dieron lugar al actual y moderno colegio, que hoy día acoge a más de 1.300 alumnos.
La educación de los muchachos en un ambiente sano e incluyente, la dedicación y promoción de las clases trabajadoras malagueñas y una profunda devoción a María Auxiliadora son tres constantes de este trabajo, que continúan presentes en la actualidad.
“Estar en Málaga es como sentirse en otro Valdocco. Hay que dar gracias a Don Bosco y a su Madre por darle forma a este sueño”. Con estas palabras concluía el Rector Mayor, Ángel Fernández Artime, la celebración de los 125 años de presencia salesiana en Málaga el pasado 8 de diciembre de 2019.